La mujer describió la violencia, la humillación y el ultraje a la intimidad que sufrieron sus dos pequeños hijos de 3 y 9 años a manos de un matrimonio de médicos, que eran vecinos de su casa. Dijo que la pareja quiso borrar pruebas de los abusos en los cuerpos y ropas de sus hijos. Espera que les caiga todo el peso de la ley y que sigan presos.