Impulsada por el legislador macrista Jorge Garayalde, se aprobó a principios de diciembre de 2013 una ley que regula la venta de anteojos sólo en casas de ópticas en la Ciudad y locales afines habilitados, ya sea correctores, protectores y/o filtrantes o solares, terapéuticos y todo elemento que tenga por fin interponerse en el campo visual para corregir sus vicios.
“Es un deber indelegable del estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires observar el cumplimiento de medidas que protejan la salud visual de los ciudadanos”, manifestó Garayalde al momento de presentar su proyecto de ley.
Sin embargo, Macri resolvió vetar la norma al argumentar que “es imprecisa en la descripción de los supuestos alcanzados por la misma, al tiempo que no define con exactitud la extensión de la expresión ‘anteojos legítimos’” y que “adolece de falta de certidumbre y especificación concreta del tipo legal exigible y su consecuente mecanismo de aplicación”.