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Así la vemos: La desigualdad social

Columna de opinión desde los adultos mayores por Alberto Gómez.

jubilados

Hoy no vamos a hablar solo de los adultos mayores, hablemos de la desigualdad de todos los sectores de la economía nacional.

Sabemos que hay ganadores y perdedores. Nos enteramos que los 10 más ricos del mundo triplicaron sus ganancias en pandemia y en sentido inverso crecieron los pobres. En nuestro país la pobreza creció al 42%, la indigencia al 10,5% y el 60% de los chicos son pobres.

En Argentina se buscó un Aporte Solidario para mitigar la creciente pobreza en la pandemia. Se legisló para solo 12mil personas físicas más ricas. Pero, para evadir la solidaridad, muchos se amparan en la Justicia. Que la Ley sea pareja para todos, y paguen lo que les corresponde.

Por otro lado, el erario público (nosotros), para no “desequilibrar” la macro-economía (poderosos) genera medidas que sostienen, e incrementan, las ganancias de unos pocos.

 

-Uno de los ejemplos, el Sistema Financiero.

Para reducir los efectos de las LEBACS el BCRA dijo: “a partir del 1 de octubre  (2020) se incrementó 3 puntos porcentuales las tasas de exigencia de efectivo mínimo para las entidades financieras de mayor tamaño relativo. Dicho aumento, que podrá ser integrado con LELIQ y/o NOBAC, se suma a los dispuestos en los últimos meses.”

Bien, se creó una renta sobre “encajes técnicos”, montos de nuestros depósitos, que deben quedar reservados en el BCRA. Eso fueron las LEBACS, y hoy continúa con Leliq y/o Nobac.

Nos enteramos a cuanto llegarían los intereses de esos instrumentos:

“Ambito.com por Jorge Herrera. Enero 2021. “Resta poco menos de una semana de datos para cerrar el año monetario, pero ya el total acumulado de intereses pagados por el Banco Central (BCRA) supera los $703.000millones”

También vimos que “Según los últimos datos del Banco Central, la deuda por las Leliq alcanza los $1.185.103millones (casi $1,2 billones)”. Esto es el stock, que no se quiere liberar.

Aplicando un cálculo muy elemental, nos da una tasa promedio; que les pagamos a las Entidades Financieras, por nuestros fondos depositados; del 56% en el 2020. Si los comparamos con los intereses que pagan las Entidades por los saldos en las cuentas sueldos y jubilatorias, la desigualdad es escandalosa.

Si el Estado apela al Pueblo a ser solidarios con los que menos tienen, a estos empresarios, ¿no se los puede invitar a ser solidarios?

Por un plazo acotado de pandemia, pedirles que los intereses de las reservas técnicas (reitero nuestros depósitos) sean “aplicados” a solventar las necesidades de los más pobres. El sistema conservaría sus capitales (nuestros depósitos) y no generaría “corridas” bancarias ni cambiarias, ni mayor emisión monetaria -sería la misma que el Estado genera para pagarle al sistema financiero-. El Estado, ayudaría a los que menos tienen, tratando de ir equilibrando la balanza de ingresos.

Si aflojamos bolsillos (el órgano más sensible de los poderosos), según nuestro cálculo, reiteramos muy elemental, los intereses pagados en el 2020, podrían haber solventado 30millones de haberes mínimos ($ 23.571 a Mayo21), o 19 millones de haberes medios ($36.356 a igual mes).

-Otro ejemplo, transferencias (¿subsidios?) al Transporte Público.

Dice el organismo de Transporte: “Los subsidios al transporte son aquellas transferencias realizadas por la Administración Pública a empresas o consumidores para permitir que determinados servicios sean provistos a un costo inferior al necesario para cubrir los costos de producción.”

Entre enero 20 y noviembre 20 se transfirieron, desde el Estado, $52.416 millones en compensaciones al transporte público, creciendo con igual período del año 2019 un 33%.

Existe un rubro (entre 5) que compensa tarifas por demanda. Este monto fue de $41.149 millones con un incremento; por el efecto pandemia, para compensar la baja de demanda de los usuarios; contra igual periodo del 2019 de un 126%.

Bueno, si como dice el organismo de transporte, los aportes son tanto para las empresas como para los consumidores, el Estado debería asumir que hoy la emergencia (hambre) está en el consumidor del servicio de transportes. Se debería re-direccionar esa transferencia a las personas más pobres, no a las empresas, las cuales mantendrían otras contribuciones (por Atributo Social, Boleto integrado, Comisiones SUBE y Gas Oil a precio diferencial, que en el período citado más arriba sumaron un total de $11.267 millones).

Si el estado determinara eso, dicha transferencia representarían: 1.745.000 haberes mínimos ($ 23.571,- a mayo21) o 1.136.000 haberes medios ($36.356), también a mayo 21.

-Por último, ¿quién solventa los efectos inflacionarios que provocaron los inescrupulosos empresarios argentinos? Como siempre ¿el Pueblo? ¿Nunca van a pagar los empresarios?

Recordemos la editorial de InfoNativa del 10 de abril 2021 “La insólita brecha de precios entre la Ciudad de Buenos Aires y las provincias. En nuestras provincias los precios de los alimentos son más caros que en la Ciudad de Buenos Aires, donde no se producen. La lechuga alcanzó una diferencia del 130%, el aceite del 68% y la leche del 47%. Un informe de la Fundación Colsecor desnuda el costado más irracional de la escalada inflacionaria”.

Siendo un país federal, vemos que muchos estados provinciales les pagan las Ganancias a los empresarios que se sitúan en la Capital Federal.

Bueno, ahí tenemos otro posible aporte a los menores deciles de la escala de pobreza.

Se conoció la inflación de Marzo 2021, y actualizamos la lucha entre los haberes más pobres y el IPC Alimentos y Bebidas. Sin considerar la que “caiga” en abril y mayo, a hoy estamos empatados.

Se habla de un aporte de $ 15.000 para las AUH y monotributo, nivel 1 y 2. Veremos la concreción y su impacto sobre el total de los ingresos.

Son algunas acciones, dentro de muchas otras, que podrían comenzar a equilibrar la desigualdad en la sociedad.

Para todo, se deben asumir decisiones políticas, ya que nuestra irónica expresión de invitación, nunca funcionará en una sociedad profundamente desequilibrada, con una burguesía acostumbrada a fijar las condiciones que ellos precisan, y un gran odio, que se patentiza en la pandemia, con actores (gobernantes) entrampados en la metodología  de quienes durante 4 años destruyeron todos los derechos de los pobres, para beneficio de unos pocos amigos y privilegiados.