Cultura

Auspiciosa apertura del Festival de Folclore de Buenos Aires

Miles de personas aplaudieron el sólido y enérgico concierto que ofrecieron el grupo de rock Arbolito y los tambores del ensamble percusivo La Chilinga en el cierre de la primera jornada del Festival Internacional de Folclore de Buenos Aires (FIFBA), que tuvo un muy auspicioso comienzo.

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El encuentro musical, que se desarrolla desde ayer y hasta este domingo en el bellísimo escenario natural del Bosque de la ciudad de La Plata, arrancó con una interesante variedad ideológica, estética y sonora en torno a las músicas de raíz argentina y de Latinoamérica.

La cuarta edición del FIFBA, que tiene epicentro entre las calles 53 y 57 del Bosque de La Plata, comenzó temprano con shows de Rally Barrionuevo, Lorena Astudillo y Facundo Picone y tuvo momentos explosivos, como el concierto de La Yegros, y otros sorprendentes, como la ceremonia de apertura, con Tomás Lipán y dos viejas copleras de la Quebrada de Humahuaca; la banda de sikuris Los Aymaras y el ballet Amerindia.

La presencia del olvidado Roberto Rimoldi Fraga fue la única mancha de una programación impecable, que abarcó un amplísimo abanico de registros en torno a las rítmicas y expresiones musicales del continente, con una acentuada búsqueda de sonoridades nuevas y genuinas.

Tal fue el desatino de incluir a Rimoldi Fraga en un programa musical ajeno y distante al cantor que fuera famoso en los 70 por sus éxitos en Cosquín y su Torino 380WW cruzado por una Bandera Argentina, que apenas más de 200 personas lo escuchaban en el inmenso auditorio del Bosque, que lucía desierto, mientras miles se juntaban para escuchar a La Yegros o a Bruno Arias y Los Mirlos peruanos en escenarios alternativos.

El cantante ofreció su antiguo y consabido repertorio de canciones y cerró en un bis con su clásico «Argentino hasta la muerte».

Otro registro, otra vitalidad, otra energía y otra propuesta era lo que estaba ofreciendo a esa hora en el Escenario Alternativo La Yegros, una cantante de la provincia de Buenos Aires con raíces afectivas y sonoras en el Litoral y que materializa una extraña y explosiva mezcla que puede ir del chamamé dub a la copla funky y la cumbia rap con canciones rabiosamente bailables.

La Yegros, que apenas tiene un EP editado y que prepara su debut en un material discográfico de larga duración, conformó una potentísima banda donde hay lugar para las guitarras eléctricas, programaciones, bajo, teclados y acordeón y en la que luce como una «frontman» de altísimo nivel, poco frecuente en la Argentina, de sensualidad desbordante y que hace pensar en la inmensa Lila Downs, a la que la unen muchos puntos de contacto si bien sus músicas son distintas.

El escenario Panorama, el de máxima convocatoria, tuvo un programa compuesto por el folclore pop eléctrico combativo de Bruno Arias, al que siguió Tomás Lipán con sus coplas, huaynos y canciones y en el que se escucharon a Los Mirlos del Perú.

Se trata de uno de los grupos inventores de la cumbia electrificada, con un guitarrista ducho que le da el toque a la banda, que tiene una trayectoria de 38 años y son los verdaderos inventores del «…y arriba las palmas y arriba», que han dejado marca no solo en la cumbia pop y en la argentinísima cumbia villera sino también en la cumbia psicodélica.

Con pantalones acampanados y chalecos en verde furioso, un verde selvático, este grupo originario de la Amazonía peruana propone un mix de canciones ultrabailables, que gustó y divirtió anoche en El Bosque.

Un párrafo aparte merece la apertura de este cuarto FIFBA, que bajo la invocación de la tierra tuvo su corte de cinta con una celebración a la Pacha Mama, con ofrendas de hojas de coca, chicha, vino, cerveza y maíz, que llevaron adelante las deliciosas Hermanas Cari, dos viejecitas de La Quebrada de Humahuaca, que junto a Lipán, entonaron también coplas del norte del país.

A las Cari y Lipán siguió la banda de sikuris Los Aymaras, que propone el canto colectivo y une huaynos, percusión y baile y que expresa la tremenda fuerza de lo efectivamente originario, en un grupo que tiene sus raíces culturales y musicales en la tradición del festejo popular peruano, pero que integran en este caso mayoría de argentinos.

De tan genuinamente popular y telúrica, esta apertura, que se continuó con el baile, las trompetas y los tambores del Ballet Amerindio y que contó con la presencia del intendente de La Plata, Pablo Bruera, y el presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, Juan Carlos D`Amico, fue un acto en el que rescataron expresiones populares y genuinamente folclóricas por fuera del circuito y la industria musical.