A mediados de abril, el Gobierno porteño desalojó los puestos de venta ambulante de las veredas de la calle Ramos Mejía que dan al ingreso de la estación de trenes de Retiro. 

Ahora avanza con las obras de mejoramiento de la zona: remodelando cruces peatonales, cambiando paradas de colectivos y colocando dos cintas transportadoras en el acceso al San Martín.

Después de décadas de deterioro en uno de los centros de trasbordo más populosos de la Ciudad, la actual gestión porteña comenzó con los trabajos de remodelación de la zona con una inversión de $25 millones. Prometen que una primera etapa de la obra estará lista para junio y la totalidad de la refacción quedaría para agosto.

Los primeros cambios se realizan actualmente en las dársenas centrales, donde se cambian baldosas, se reparan suelos y cordones y se reordenan las paradas de las 30 líneas de colectivos. Las nuevas paradas tendrán paradas techadas más anchas y con mayor capacidad.

Lugar de paso de 380 mil personas cada día, la obra se extiende por Ramos Mejía, entre Libertador y Antártida Argentina. Y también un tramo de Antártida Argentina.

Los ministros macristas Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli se expresaron ayer en la red social Twitter: “Estamos trabajando muy fuerte para mejorar la zona de Retiro”, escribió Larreta. Mientras que Santilli tuiteó: “La puesta en valor de Retiro provee un nuevo mobiliario más moderno, inclusivo y ecológico”.

Las tareas se hacen por áreas: se van a nivelar rampas, se harán sendas peatonales y ya se están cambiando adoquines. En el tramo del ferrocarril San Martín se sumarán dársenas de colectivos, donde además proyectan poner dos cintas transportadoras.