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En la Ciudad sube la mortalidad infantil mientras en Hospitales se cierran servicios

La falta de nombramientos de personal médico y de enfermería provocó el cierre de la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, del Hospital Durand justo en pleno brote de bronquiolitis. Mientras que este año subió un 26% la mortalidad infantil en Capital Federal, el Gutiérrez y el Tornú también redujeron servicios.

Ya son varios Hospitales porteños que cierran servicios.

 

Es precisamente en invierno cuando por  la merma de la  temperatura, bajan las defensas, y los resfríos, gripes o neumonías son de atención primordial. Sin embargo ya en el hospital Durand, el lugar para la atención de niños afectados por estos males se cerró por falta de designación del personal que garantice su funcionamiento.

Según el  médico pediatra que trabaja en el área de Terapia Intensiva, Osvaldo Trotta,  explicó que “el cierre de la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica es una decisión del Gobierno de la Ciudad que impacta directamente en la salud de la población infantil de la Ciudad de Buenos Aires. Más aún, en medio de un brote de bronquiolitis (enfermedad respiratoria viral altamente letal para menores de dos años y aún más en menores de seis meses sin la atención médica adecuada) y del vergonzoso aumento de la mortalidad infantil en la CABA”.

Y, contrariando las versiones oficiales que señalan el ingreso de pacientes del conurbano en hospitales de la Ciudad como una de las causas de la saturación del sistema de salud, Trotta señaló que “actualmente hay déficit de camas de internación en toda la Ciudad, los niños están siendo derivados a sanatorios y hospitales de la provincia de Buenos Aires, con los inconvenientes que eso genera en las familias y en los propios niños”.

Actualmente, el hospital trabaja al 60 por ciento de su capacidad por déficit de personal, insumos y tecnología apropiada. “Solo se realizaron trabajos de cosmética edilicia, pero no se resuelven los asuntos que problematizan el funcionamiento de los servicios”, refieren ante este medio, y detallan que ”actualmente hay déficit en el servicio de cirugía, falta aparatología de diagnóstico en obstetricia y maternidad, no funciona el instrumental de otoemisiones para detectar sordera congénita en recién nacidos, deplorables condiciones en el servicio de anatomía patológica y tantos otros lugares”.

La Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica del hospital Durand fue inaugurada el 13 de agosto de 2010, junto con la Unidad de Terapia Intermedia Pediátrica. Sin embargo, la intermedia nunca fue puesta en funcionamiento y la intensiva recién comenzó a funcionar a mediados de 2011. Cuenta con ocho camas de internación y seis respiradores (aportados por el Gobierno nacional). 

La dotación necesaria para el correcto funcionamiento de la unidad es de por lo menos ocho profesionales médicos especialistas y tres enfermeros especializados por turnos de seis horas de lunes a viernes y otros tres por turnos de seis horas los fines de semana, es decir, en total 24 enfermeros; muchos de los cuales cumplen doble turno, con lo cual el requerimiento de nombramientos es menor.

La UTI Pediátrica comenzó a funcionar a mediados de 2011 con solo cuatro médicos nombrados, que se distribuían para cubrir los siete días, y nueve enfermeros, de los cuales solo dos tienen conocimientos en Terapia Intensiva. 

A raíz del retraso en las restantes designaciones y la sobrecarga laboral, estos profesionales fueron renunciando a sus cargos hasta que el día 15 de junio la médica a cargo, doctora Analía Fernández, decide cerrar el servicio, hecho que se efectiviza el lunes 18 de junio con la derivación del último paciente hacia el hospital nacional Posadas.

“El director del hospital Durand, doctor Carlos Rosales, al tanto de la situación desde el inicio del conflicto, realizó todos los concursos de personal y elevó para su designación, pero se ve imposibilitado de darle solución, ya que los nombramientos de personal son resorte exclusivo del nivel central, el Ministerio de Salud de la Ciudad”, aclara Trotta.

Sin explicaciones,  el Durand está en estado de alerta y convocarán a una asamblea esta semana, para decidir los nuevos pasos a seguir. 

Para peor, la situación tiende a agravarse ya que, según explicaron desde el área médica, “si bien se registró un brote importante de bronquiolitis hace dos semanas, el departamento de epidemiología del GCBA informó que se espera un aumento de casos para las dos primeras semanas de julio. En muchos casos, esta patología es altamente requirente de camas de internación con respiración asistida para la población pediátrica, ya que es pronunciadamente letal sin este tipo de tratamiento”.

Oficialmente se informó que el director del hospital haría ocho designaciones de enfermería y tres de médicos, a punto de resolverse en los próximos siete días. “Aun siendo cierto no resuelve el problema de funcionamiento del servicio”, señalan los médicos.

Gabriela Alegre, legisladora del Frente para la Victoria, también se refirió al lamentable cierre del servicio de Terapia Intensiva Infantil del Durand. “No hay personal suficiente y por eso se decide el cierre”, confirmó. Y subrayó que actualmente hay cuatro médicos, cuando se requieren ocho más nueve enfermeros.

“Hoy en día los sueldos del sector público no están tan retrasados en comparación con los del sector privado, por lo cual las faltantes no tienen que ver con carencia de personas que quieran trabajar. Tampoco tiene que ver con el presupuesto. Los trámites para realizar las incorporaciones están demorados y no es solo un tema burocrático, para el Pro no es una prioridad el tema de la salud pública, por eso pasa esto”, detalló Alegre, quien aclaró que no recibió respuestas del Gobierno porteño sobre las demoras en los nombramientos.

“Tampoco contestaron los pedidos de informes, y hay panoramas similares en el Gutiérrez, donde se denunció falta de enfermeros, en el área de neonatología del Fernández y en el área de tuberculosis del Tornu”. 

Hace casi un año, el Tornu, hospital de prestigio por el tratamiento de la tuberculosis, tiene cerrada justamente esa área específica, además de colapsar por falta de insumos, camas y personal. 

Por otra parte Alegre marca “ la lentitud con la cual se resuelven los problemas en el área dedicada a la salud. Fuentes oficiales del Gobierno porteño no dan respuestas ni al periodismo ni a los pedidos de informes de la Legislatura

La desidia es aún más grave si se tiene en cuenta que la semana pasada se conoció el aumento del 26 por ciento de la mortalidad infantil respecto del año anterior en la Ciudad de Buenos Aires, oportunamente denunciada por legisladores opositores.

Para Alegre, todo tiene que ver con todo y repara en este dato: “El aumento de la mortalidad infantil, lejos de ser una cuestión azarosa, es una penosa manifestación de la desatención que hace el macrismo de la salud pública. El Durand es el hospital de referencia de toda la Región Sanitaria 3 (regiones en la que está dividida la Ciudad para organizar sus efectores de salud). Esto quiere decir que todos los casos complejos de la zona se derivan al Durand. Notoriamente, en la comuna 15, que forma parte de esta región sanitaria, la mortalidad infantil aumentó un 93 por ciento”.

“Lejos de las excusas del ministro de Salud, Jorge Lemus, que atribuyó el aumento de la mortalidad infantil a una variación “esperable”, las causas parecen ser evidentes al ver las condiciones en las que se encuentran los hospitales de la Ciudad. A la falta de atención en la infraestructura se suma también la inoperancia en el manejo de la falta de personal”, recordó Alegre, quien subrayó: “No tener cómo atender este tipo de enfermedades que hacen mella en la población infantil, ciertamente, no contribuye a bajar la mortalidad, el tiempo que se pierde en una derivación o traslado puede significar la muerte”.

Para finalizar, Alegre recordó que “en 2011, en plena campaña electoral, se lo veía en un spot a Mauricio Macri inaugurar las obras. Pero más allá del efecto publicitario, nunca se interesó en designar al personal para que la Terapia Infantil funcione”.

En este contexto, cabe remarcar que la Defensoría del Pueblo recibió numerosas denuncias de vecinos que señalan serios inconvenientes y excesivas demoras en la gestión y otorgamiento de turnos para estudios diagnósticos, como la falta de derivaciones formales de un efector a otro cuando el primero no se encuentra en condiciones de brindar la práctica solicitada.