Desde el 25 de mayo de 2003, Carlos Tomada integra el gabinete nacional. El próximo 10 de diciembre culminará un extenso ciclo que lo tiene desde entonces al frente del Ministerio de Trabajo de la Nación. Durante la charla que mantuvo con la Oveja Negra alertó sobre un posible avance de la derecha pero también mostró confianza en la continuidad del proceso político y aseguró que el Pueblo argentino no está dispuestoaretroceder ni entregar los derechos consolidados en estos doce años.
¿Con qué movimiento obrero se encontró cuando asumió el 25 de mayo de 2003 y cuál es que va a dejar el próximo 10 de diciembre?
Cuando asumimos, los trabajadores venían de sufrir un proceso de debilitamiento inédito en la Argentina, con pérdida de puestos de trabajo, cierres de empresas en el sector industrial, hostigamiento enmarcado en las políticas neoliberales, que podríamos denominar como un intento de “punto final” sobre el movimiento obrero organizado y pérdida de poder relativo de los sindicatos. Esto pasó en todo el mundo durante el proceso de los ´90. Acá se trataba de iniciar una etapa a partir de ese diagnóstico y esa realidad, una nueva etapa donde las organizaciones sindicales se transformaran en verdaderas protagonistas.
Hoy, esta etapa nos deja una presencia revitalizada de las organizaciones sindicales en la vida política Argentina, una dinámica de la puja distributiva que me parece un dato relevante de estos años y también, de cara al futuro, una puja donde se generó un equilibrio entre el capital y el trabajo. También quedan desafíos, un movimiento sindical muy fragmentado a nivel de dirigentes que no ha logrado darse un programa como aquel de Huerta Grande, La Falda, con los 26 puntos de Ubaldini.
¿Se puede construir una nueva unidad del movimiento obrero con mayor participación interna?
Se crearon seis millones de puestos de trabajo, que a su vez significó en un 60% de los casos la irrupción de trabajadores y trabajadoras de menos de 30 años. Si alguien cree que el mundo del trabajo va a ser igual, está mirando otro canal. Por supuesto que habrá tradiciones políticas, pero la irrupción de nuevas demandas, de nuevas formas organizativas, de una dinámica diferente entre base y cúpula, que no es la vieja lucha antiburocrática, sí va a tener una influencia importante.
¿Qué lugar ocupará el movimiento obrero en el próximo gobierno?
Esto se entronca con la idea del programa que trascienda e incluya a las políticas laborales. En estos 12 años vivimos la recuperación, puesta en valor y actualización de las tres banderas históricas del Peronismo. Hoy hay cinco o seis líneas muy claras que pasan por la inclusión social, la industrialización, el desendeudamiento, el protagonismo del movimiento obrero, los derechos humanos de ayer, hoy y el futuro, que marcan unrumbo muy importante y fuerte. Los dirigentes que quieran alejarse de eso, al igual que aquellos que no se hagan cargo de sostener y profundizar estas banderas van a sufrir un nuevo desencuentro con el Pueblo.
¿Es posible enterrar definitivamente al neoliberalismo?
La respuesta la tiene el Pueblo y no solo el día de la elección, la tiene con la respuesta cotidiana de acompañamiento o de rechazo al próximo gobierno, cualquiera sea. Yo ya no creo que en la Argentina la derecha no sea capaz de concitar mayorías. Nuestra generación tuvo una mirada sobre la derecha acorde a un tiempo en el que por ser minoría, se hacían cargo del podera través de los golpes de estado o de un fuerte predominio del establishment sobre gobiernos débiles. No minimicemos la posibilidad de que las derechas generen una nueva mayoría. Estos 12 años dejan un nuevo estado de conciencia colectiva del pueblo argentino. Me parece difícil que ocurra pero lo van a intentar. Para las nuevas generaciones estos 12 años, con sus limitaciones y errores, van a quedar como un punto de referencia. Eso a la derecha la va a enloquecer porque además es la primera vez que vez que no interrumpen brutalmente el desarrollo de la etapa de avance del Movimiento Nacional y Popular. A lo mejor será una etapa de reflujo, pero no de derrota, y eso es algo que todos nosotros debemos cuidar, fortalecer y militar.
¿Qué foto de estos doce años al frente del Ministro de Trabajo elije para representar esta etapa de la Argentina?
Me quedo con cualquier foto en la que esté con Néstor en el despacho como símbolo del enorme compromiso de Él con el trabajo. Me quedo con su obsesión por generar empleo, por mejorar salarios. Tenía la voluntad y la energía puesta en esa transformación, en esa recuperación de la cultura del trabajo, que se sienten físicamente. Esa es la fuerza que hasta ahora me dura. También con la imagen y la fuerza de Cristina cuando en 2008, en el momento en que se empezaban a sentir las primeras esquirlas de la crisis financiera internacional, me llamó a Olivos. Yo pensaba que íbamos a tener que suspender las paritarias o algo por el estilo y cuando llegué me dijo: “Carlos, con el trabajo no se jode, acá no van a ser los trabajadores los que paguen esta crisis”. Y ahí, a trabajar para que no se perdiera ni un puesto de trabajo.
Fuente: Oveja Negra