Política

Por Miguel A. Gómez Sanjaume, Director General

El cordobesismo, del fracaso a la irresponsabilidad o la complicidad

El Gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, compulsivo y fracasado precandidato a presidente asiste al fracaso de su invento, el cordobesismo.

De la Sota enfrenta un momento político complicado.

Un tiempo atrás, imbuido de las fantasías de la oposición mediática, intentó construir un relato que en su delirio pensó que lo llevaría en el 2015 a la Casa Rosada.

Tanto escuchar a los periodistas y opinadores que circulan por los medios opositores, él también se convenció que se estaba ante el final del proyecto que había comenzado en el 2003.

Para ello creyó encontrar la fórmula, pocas ideas, mucho aparecer en los medios opositores y a esto ponerle  un nombre pomposo “el cordobesismo”.

Hoy la realidad lo golpea y por más que sus amigos de los medios hegemónicos tratan de defenderlo, cuestionando la no participación de las fuerzas federales, aparece con toda su crueldad.

Las imágenes de los saqueos, el acuartelamiento de las fuerzas policiales, el uso del twitter para la comunicación de la crisis a las Autoridades Nacionales muestran el fracaso de su proyecto político.

También el ignorar, por desconocimiento o soberbia, el video que circulaba por las redes sociales convocando a la huelga policial.

Pero nada es casual, la raíz de la crisis se encuentra en todas sus acciones de desgobierno que fue llevando a cabo.

En su gestión anterior se comprometió a regularizar la situación de la Caja Provincial de Jubilaciones a cambio de esa regularización el Gobierno Nacional se comprometía a ayudar a la Caja de Jubilaciones con aportes mensuales.

El acuerdo era un acuerdo de partes, cada parte se comprometía a cumplir con su parte.

El Gobernador de la Sota no cumplió con su parte, no sólo no regularizó la situación de la Caja sino que además amplió la lista de Jubilados cordobeses en condiciones precarias y por montos exorbitantes.

Al no cumplir de la Sota con su parte y habiendo convertido la  Caja de Jubilaciones de Córdoba en un “barril sin fondo”. El Gobierno Nacional, luego de varios reclamos, dejo de mandar el dinero.

Ese es el reclamo, que de la Sota convirtió en la primera bandera para mostrar el enfrentamiento al Gobierno Nacional.

Esta situación lo convirtió, por un tiempo, en el invitado estrella de todos los programas corporativos.

Pero el tiempo pasa y fueron apareciendo otros mejores candidatos para cumplir con el sueño de Magnetto.

Macri expresó que él no se bajaba de la candidatura Presidencial.

De la Sota no logró instalarse en otros territorios.

Muchos fueron a sacarse la foto a Córdoba pero luego se fueron alejando.

Por último alguien le ofreció a Magnetto un candidato más vistoso.

Ahí apareció Massa y el cordobesismo entró en un cono de sombra.

Y con el transcurso del tiempo, algunas acciones del Gobernador fueron produciendo sus consecuencias.

En su Gobernación anterior de la Sota eligió hacerse el “sota” con la Policía Provincial.

Y de acuerdo a su filosofía neoliberal, dejó que la Policía se autoregulara.

Esto funcionó por un tiempo. Hasta que un día el periodista Tomás Méndez, en su programa ADN que se emite por el Canal 10 de los servicios de Radio y TV de la Universidad Nacional de Córdoba, denunció la complicidad entre altos jefes policiales y el narcotráfico.

La reacción del cordobesismo no se hizo esperar. De la Sota salió a denunciar al periodista cumpliendo con el apotegma de matar al mensajero.

La justicia intervino y procesó a policías y narcotraficantes.

El gobierno provincial otra vez se hizo “el sota”, cambió algunos funcionarios pero no intervino en serio en la policía de Córdoba.

Así se llega al acuartelamiento de ayer.

Uno no cree en las brujas pero que las hay, las hay.

Será casualidad que la Policía de  Córdoba se acuartele justo el día que el Gobernador viajaba a Colombia, si a Colombia, a un encuentro sobre narcotráfico.

Aceptemos la posibilidad que ello sea solo una casualidad.

¿Sera casualidad que con los policías acuartelados salgan al saqueo jovencitos en moto que operaban organizados ?

Jóvenes de esas características se los conoce en Rosario, en el mundillo narco, como soldaditos.

Son eso, soldados de los carteles de drogas que pelean el territorio, garantizan la venta al menudeo, protegen el traslado de la droga y cuidan “en el territorio” a quienes cubren el último escalón del tráfico.

Fueron esos “soldaditos” quienes comenzaron el saqueo.

Fueron ellos los que, en un claro mensaje mafioso, abrieron la caja de Pandora.

Caían en grupo, bloqueaban el tránsito, unos hacían de campanas mientras otros robaban algo y sobre todo rompían y hasta prendían fuego.

Mientras otros “soldaditos” hacían correr la “bola” de que había saqueo en tal o cual esquina.

Cuando empezaban a aparecer vecinos de los barrios carenciados de la Ciudad de Córdoba, recordar que Córdoba tiene un alto índice de pobreza y desocupación, “los soldaditos” se marchaban hacía otro objetivo.

Como resultado se visibiliza:

Un Gobernador que demostró su inoperancia.

Una Policía que está atravesada por la corrupción del narcotráfico. Un narcotráfico quemandóo un mensaje mafioso.

Una corporación periodística que intenta desviar la atención buscando  la culpa en el Gobierno Nacional. Corporación que propone violar el federalismo cuando a ellos les conviene.

Cuatro elementos que sumados convirtieron la noche cordobesa en un infierno.

Infierno del que fue víctima el pueblo cordobés, ese mismo pueblo al que de la Sota trató de seducir con su propuesta de “cordobesismo”, ese mismo pueblo que bajo la denominación de “la gente dice” la corporación mediática expresa defender.

Ese pueblo, al que la Policía Cordobesa debería haber defendido y no lo hizo porque fue cooptada por el narcotráfico.