Sociedad

¿Es correcto decir que Clarín miente? No.

En los tiempos remotos (no temporalmente sino más bien políticamente) de la disputa entre el Gobierno y el complejo agro-sojero-exportador del 2008 alrededor de la 125, se conoció el slógan oficialista "Clarín miente", con el que se quiere significar que el Grupo Clarín no ejerce el periodismo objetivamente sino que miente en todo lo relacionado con las medidas del gobierno nacional.

No es correcto decir que "Clarín miente", sino que lo correcto es decir que "Clarín difunde falacias, engaña".

 

Pero, tiempo después, se comprobó que se debía englobar dentro del «grupo» supuestamente mentiroso o falaz al periódico La Nación y al Grupo Perfil, atribuyéndole a todos ellos un común modus operandi  por el cual este conglomerado de empresas mediàticas se combinaban para ejercer la oposición política al gobierno, ante la deficiencia de la oposición política partidaria para presionar o fijarle la agenda al gobierno.

Por supuesto, desde la vereda de enfrente dicho grupo de empresas lo niega, y lo relaciona con una supuesta campaña gubernamental para impedir la libertad de prensa en el país. Con relación a esto último, Basurero Nacional ya expresó su parecer aquí. En esta oportunidad le toca a este humilde servidor público analizar si el referido slógan oficialista tiene visos de realidad.

Para simplificar, analizaremos un caso de evidente actualidad e importancia, como es la frase atribuida a la presidenta sobre el temor que habría que tenerle a Dios y a ella misma.

Primero empecemos por acordar de qué estamos hablando cuando decimos que el grupo «Clarín miente» o que sus noticias son «mentiras» o «falaces». Apelemos para ello a la Real Academia de la Lengua Española.

¿Qué es mentir, mentira o falacia para la academia? En resúmen, lo siguiente:

mentir. 1. Verbo irregular: se conjuga como sentir.

(…) En su acepción habitual de ‘decir algo que no es cierto con intención de engañar.

mentira.

(De mentir).

1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.

falacia.

(Del lat. fallacĭa).

1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.

2. f. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.

engañar.

(Del lat. vulg. *ingannāre, burlar).

1. tr. Dar a la mentira apariencia de verdad.

2. tr. Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas.

Ahora sí, analicemos si alguna de estas palabras se corresponde con lo que el grupo Clarín/La Nación/Perfil hace en el tratamiento de las noticias, en particular con la noticia referida.

Pasemos al análisis. Veamos, primero, cómo apareció la ya «famosa» y «polémica» frase atribuida a Cristina Fernández: «Sólo hay que temerle a Dios… y a mí, un poquito».

Luego del mensaje de la presidenta del 6 de setiembre, los citados medios publicaron lo siguiente:

Cristina y la Biblia: «Sólo hay que temerle a Dios y a mí, un poquito»

Perfil. 06.09.2012

«Sólo hay que tenerle temor a Dios. Y a mí, un poquito. Por lo menos, los funcionarios que dependen de mi nombramiento», advirtió a sus funcionarios, en un mensaje indirecto al juez de Quilmes Luis Armella, quien sancionó a varios funcionarios nacionales en el marco de la causa del Riachuelo. A raíz de las multas aplicadas a la Secretaría de Medio Ambiente, la Corte Suprema le pidió al juez federal que explique sobre presuntas irregularidades en el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo por parte del ACUMAR. Frente a ello, la Presidenta le mandó un particular mensaje al magistrado. «Los jueces no son dioses», cargó la mandataria.

La jefa de Estado salió a defender a sus funcionarios. «Notifico, en este acto, a todo el Poder Ejecutivo, a los organismos autárquicos y satelitales, si hubiera, que se comuniquen conmigo para saber lo que está pasando», exhortó la Presidenta. «Que ningún funcionario tenga temor o excusa. Vienen y me cuentan. Permítanme que sea yo, que soy la Presidenta, que los he designado, la que decida si son importantes esos problema y si tienen solución», añadió.

 

«Hay que temerle a Dios y a mí, un poquito»

Clarín. 06/09/12

Cristina también dejó una sorprendente frase: «Hay que temerle a Dios y a mí, un poquito». Lo dijo en medio de un análisis que realizó respecto al retraso en las obras de la Acumar, el ente encargado del saneamiento del Riachuelo, por distintas disposiciones judiciales. 

«Sólo hay que tenerle temor a Dios y a mí, un poquito. Por lo menos los funcionarios que dependen de mí nombramiento. Es responsabilidad mía. 

Por todos y cada uno de los funcionarios. He firmado yo los decretos. Notifico solemnemente en este acto a todo el Poder Ejecutivo, organismos autárquicos y satélites: cuando suceden situaciones de esta naturaleza se comuniquen conmigo para ver lo que está pasando», sostuvo.

Sin mencionar a ningún funcionario en particular, Cristina siguió: «A mí lo que más me molesta es que no se hagan las cosas o que se hagan mal. Que ningún funcionario tenga temor o ponga excusas. Si pasa algo de esta naturaleza, vienen y me lo cuentan. Y permítanme que evalúe yo si es importante o no. Nunca me gustó que tomen decisiones por mí. Déjenme valorar a mí las situaciones. Es lo menos que merezco de ese funcionario, sea de la Acumar, de Obras Públicas, o de Ambiente”.

Cristina: “Sólo hay que tenerle miedo a Dios… y un poquito a mí”

Clarín. 07/09/12

En un pasaje, les dejó un mensaje inquietante a su funcionarios: “ Sólo hay que tenerle temor a Dios … Y a mí, en todo caso, un poquito ”.

“Los jueces no son Dioses”, advirtió , y enseguida le pidió al secretario de Medio Ambiente, Juan José Mussi, y al resto de sus ministros y funcionarios que la escuchaban a pocos metros en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada que consulten con ella ante cualquier situación compleja.

“Nunca me gustó que tomen decisiones por mí” , les dijo, antes de aquella advertencia sobre el miedo a Dios y un poquito a ella.

Ahora sí podemos ver la tergiversación evidente de las palabras presidenciales hecha por los medios hegemónicos, por esta verdadera U.T.E. (Unión Temporal de Empresas) con un objetivo común, evidentemente consensuado, en su actitud al distorsionar, tergiversar las noticias gubernamentales. El grupo de medios hegemónico que en el título resumimos para simplificar como la U.T.E. Clarín, no miente, en el estricto significado del término, según la Real Academia. Sin embargo, como quedó claro, sí podemos afirmar sin lugar a dudas que no es correcto decir que «Clarín miente», sino que lo correcto es decir que «Clarín difunde falacias, engaña». Y los perjudicados directos, las víctimas de sus acciones (además del gobierno, por cierto) son su mismo público, sus clientes, los que no son bien informados sobre la realidad, por lo menos en lo relacionado al gobierno nacional.Para ser más claros, repetimos el significado de los términos utilizados en esta conclusión, según lo señala la Real Academia Española:Falacia: engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.Engañar: dar a la mentira apariencia de verdad. Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas.

Fuente: Basurero Nacional