La presidenta Cristina Fernández de Kirchner asistió en el Vaticano a la entronización del cardenal argentino Jorge Bergoglio como el papa Francisco, mientras una multitud de creyentes siguió desde la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, el acontecimiento histórico a través de pantallas gigantes, desde donde el Papa dirigió antes de su entronización, un mensaje a los feligreses argentinos.
Luego de la misa, la primera mandataria encabezó la lista de mandatarios de todo el mundo que saludó al Pontífice luego de la ceremonia. Dialogaron unos minutos.
La jefa del Estado argentino se había ubicado, durante la ceremonia en la Plaza San Pedro, en la primera fila del sector donde se instalaron los mandatarios, sentada al lado del canciller Héctor Timerman; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
Al lado de la delegación argentina, se encontraba la delegación italiana, encabezada por el presidente de Italia, Giorgio Napolitano.
Entre otros representantes de 128 naciones, se incluyen el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, la canciller Alemana, Angela Merkel, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su par de México, Enrique Peña Nieto.
Las delegaciones extranjeras saludaron al Papa Francisco después de las ceremonias de inicio del pontificado en la basílica de San Pedro.
Ayer, la Presidenta fue recibida por el Papa en una audiencia privada que continuó en un almuerzo, a cuyo término Cristina brindó una declaraciones a los periodistas, y luego de compartir un almuerzo a solas con su Santidad, en la residencia Santa Marta, lugar que habita el Santo Padre hasta que se reacondicione el albergue oficial destinado a los papas.
Recordó además “lo que nos tocó vivir, mucho más dramático, en 1978, entre la Argentina y Chile” que tenían dos dictaduras, la de Pinochet y de Videla y que llevó “a punto de un enfrentamiento bélico por el Canal Beagle”.
“En aquel momento por la intermediación de Juan Pablo II, a través del cardenal (Antonio) Samoré se llegó a un entendimiento que fue plebiscitado en democracia, que fue el Acuerdo del Beagle”.
Ahora, destacó la Presidente hay “una oportunidad histórica diferente, más favorable” pues el Reino Unido y la Argentina tienen gobiernos democráticos. “No hay peligro de ninguna naturaleza bélica, más allá de la militarización del Reino Unido en el Atlántico Sur” dijo y puso de relieve quela Argentina “es un país más que pacífico”.
Explicó que la solicitud es “que se cumplan las múltiples resoluciones de las Naciones Unidas para sentarnos al dialogar, le pedimos su intermediación para lograr dialogo entre las partes”, precisó.
La Jefa de Estado señaló la necesidad en un mundo globalizado, complejo, que “comencemos todos los que tenemos responsabilidades en el mundo, que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas, organismo madre que agrupa a todos los países del mundo”. Se deben cumplir las más de veinte resoluciones de la ONU, del Comité de descolonización, de los foros internacionales como la Celac, la Unasur, la de los países africanos en su Declaración de Malabo.
“Estamos reclamando el diálogo y le hemos pedido a Francisco que interceda para que ese diálogo entre el Reino Unido y la Argentina pueda llevarse a cabo”.
Luego la Presidenta sostuvo que el propio Papa sacó un tema de conservación que “me impactó mucho y muy bien. Me habló de la Patria Grande, de Latinoamérica y del rol que están cumpliendo los distintos gobernantes de América Latina. Dijo que era formidable lo que estaban cumpliendo los distintos gobernantes, trabajando unidos para que la Patria Grande –utilizó ese término-, me conmovió definitivamente, era el término que utilizan san Martin y Bolívar, me dijo”.
“Veo muy bien unidad de ustedes trabajando por la Patria Grande” le expresó el Sumo Pontífice.
La Presidenta comentó que quería trasmitir a los periodistas europeos lo que significa el término Patria Grande, “para un argentino y un latinoamericano escuchar en boca del Papa el término Patria Grande y sobre todo quienes pensamos de determinada manera; me impresiono mucho”, así que “redoblarte esfuerzos para seguir en estas dirección”, afirmó.
Luego explicó que otro tema de conversación durante el almuerzo a solas en la residencia Santa Marta fueron temas que “él siempre se interesó y nosotros también, porque son puntales en política en materia laboral: la trata de persona en general y especialmente la esclavitud. Le expliqué la política que desarrollamos; somos querellantes en muchas causas de trabajo esclavo. Hay una gran compromiso de Francisco en la lucha contra el trabajo esclavo y trata de personal con la cual nos sentimientos absolutamente identificados”.
Sostuvo que en ese punto coincidieron en que “no es un fenómeno contemporáneo; hace a la condición humana el hecho de que haya gente que tengan es actitud hacia su prójimo. Debemos combatir fuertemente los que tenemos responsabilidad; él también ha dicho que ha sido constante”, en su vida.
La Presidenta dijo que además lo invitó a visitar la Argentina, teniendo en cuenta, además, que no solamente es el jefe de la Iglesia católica, apostólica y romana; es el jefe de Estado Vaticano” y explicó que para concretar la visita requiere de dos invitaciones: por parte del Estado que lo invitó y su representante, en este caso la Presidenta, y de la conferencia Episcopal del país al cual lo ha invitado. “Todos sabemos en julio estará en Brasil en el encuentro mundial de la juventud” y además tiene adelante una multiplicad de tareas. “Quedamos en que vamos a seguir trabajando sobre esa fecha” para la visita a la Argentina.
Luego la presidenta brindó su impresión personal por el encuentro con el Papa, que dijo, resume en tres palabras: “lo vi sereno, lo vi seguro, lo vi en paz ,tranquilo, y podría decirle lo vi ocupado y preocupado por lo que va a hacer la inmensa tarea de conducción el Estado Vaticano, con el compromiso de cambiar las cosas que él sabe , que son las demandas que ha interpretado; se ha empezado en ver y se verán en políticas que el oportunamente decidirá. Lo vi tranquilo, sereno en paz”, afirmó.