La primera universidad creada por los trabajadores fue inaugurada anoche por la Presidenta de la Nación, junto al ex presidente del Brasil, Lula Da Silva. Ante un auditorio absolutamente colmado e integrado por el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou; el jefe del gabinete nacional, Juan Manuel Abal Medina y otros ministros; diputados y senadores nacionales; dirigentes políticos, sociales y sindicales; educadores notables, y funcionarios y ex funcionarios brasileños, Cristina celebró el nacimiento de la UMET y felicitó al titular del SUTERH, Víctor Santa María, por el esfuerzo y el logro.

Por momentos, feliz y risueña; por otros muy seria, y en otras circunstancias con cierta emoción, Cristina –que en todo momento se dirigió a Lula como si acaso fuera el único presente en el lugar, el salón auditorio de la flamante universidad, ubicada en Sarmiento al 2000 de esta Capital- pasó repaso a los logros de su gestión y a la que le cupo a su difunto esposo. 

Así, recordó que en esta década la gestión kirchnerista ha “creado nuevas universidades públicas que han permitido que miles de chicos sean universitarios provenientes de familias humildes». También remarcó que las escuelas técnicas fueron cerradas en la década del `90  «porque no había industria y no había fábricas y Néstor Kirchner las volvió a abrir».

«La matrícula universitaria ha crecido en Argentina, porque no sólo hemos incorporado a los excluidos, sino a la clase media; porque, mal que le pese a algunos, durante el neoliberalismo la clase media se derrumbó», subrayó luego, para más adelante señalar que «todos tenemos que tener la misma oportunidad». En este punto, la Presidenta aludió a que «muchos tienen la vida que pueden y no la que quieren», razón por la cual es deber del gobierno «permitir que cada argentino pueda elegir la vida que quiere tener; trabajo, educación, vivienda digna».

En otro pasaje de su discurso, Cristina enfatizó que durante el gobierno de Néstor y el suyo  «La matrícula universitaria ha crecido en Argentina, porque no sólo hemos incorporado a los excluidos, sino a la clase media; porque, mal que le pese a algunos, durante el neoliberalismo la clase media se derrumbó».

Antes de eso, la Presidenta había destacado que en verdad la primera universidad obrera argentina fue la hoy llamada Universidad Tecnológica Nacional (UTN), creada en la década del 50 por el entonces presidente Juan Domingo Perón, y originalmente llamada Universidad de los Trabajadores, nombre que le fue cambiado en 1959.

En otro momento, y aludiendo a diversas críticas negativas de su gestión, la primera mandataria hizo una suerte de resumen de la gestión kirchnerista en estos diez años. Así, se dirigió de pronto  «a los que con los martillos golpeaban las puertas de los bancos en el año 2001, que fue este gobierno el que les devolvió todos los ahorros que les habían llevado», en referencia a lo se conoció popularmente como «corralito» y «corralón».

Sobre el final, Cristina  expresó por más críticas que se le hagan a su gobierno, no podrán ignorarse  «los derechos, las obras, las escuelas, los millones de trabajadores que hoy tienen trabajo». Y enfatizó: «Podrán editar 25.000 frases, pero nunca borrar las vivencias de la década»

Antes, Lula Da Silva había afirmado que  «venga quien venga después, nadie podrá negar que el Gobierno» del ex mandatario Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner «apoyó a los pobres» y remarcó que «la lucha de los trabajadores no puede limitarse solo a los salarios».También le sugirió a Cristina “que no se deje de escribir la historia de lo que ustedes significaron para la Argentina”.

El mítico fundador y líder del Partido Trabalhista dijo además que «Es extraordinario poder inaugurar esta universidad creada por trabajadores. Yo empecé mi militancia también en una organización gremial. La lucha por las oportunidades y los derechos no puede limitarse sólo a los salarios, y sin duda la educación es uno de estos espacios fundamentales», 

Por su parte el anfitrión y titular del SUTERH, Víctor Santa María, se mostró tan feliz como emocionado; recordó sus orígenes como hijo de un trabajador (su padre, José, allí presente y su predecesor en el cargo) cuyo esfuerzo le permitió estudiar, crecer y formarse hasta alcanzar diversos puestos de significación en la actividad social, política y sindical del pais.