Internacionales

Nile Gardiner. Traducción de Ana Vallorani

Cristina Kirchner está soñando si cree que las Malvinas alguna vez serán suyas

Como la mayoría de los agresores, la presidente de Argentina, Cristina Kirchner está llena de bravatas. Su canciller Héctor Timerman se encuentra en Londres esta semana, y ha emitido más amenazas contra los 3000 isleños que habitan las Malvinas, alegando que dentro de 20 años las islas estarán bajo el control argentino.

La visión de los ingleses sobre el tema.

 

 

Nile Gardiner

Nile Gardiner es analista de Asuntos Exteriores y comentarista político con sede en Washington. Un ex colaborador de Margaret Thatcher, Gardiner se ha desempeñado como asesor de política exterior para dos campañas presidenciales de Estados Unidos. Él aparece con frecuencia en la televisión estadounidense y británica, incluyendo Fox News Channel, BBC, y Fox Business Network.

 

Como Damien McElroy en The Telegraph informó el día de hoy:

El canciller argentino expresó que la Argentina era un país «incompleto» como resultado de los reclamos británicos sobre lo que su gobierno llama las Malvinas en el Atlántico Sur.

«No creo que vayan a pasar otros 20 años. Creo que el mundo está yendo hacia un entendimiento cada vez mayor de que éste es un asunto colonial, un asunto de colonialismo», dijo. «No apoyamos la ocupación de tierras extranjeras, como es el caso de Malvinas.»

 

Timerman rechazó la noción de que los isleños tienen el derecho a decidir su propio destino:

 

Mientras que el señor Timerman también se comprometió a respetar los «derechos» de los 3.000 habitantes de las islas, descartó a la necesidad de su consentimiento para una transferencia de soberanía.

“No tengo que persuadir a los isleños. Naciones Unidas dice que hay un conflicto entre el Reino Unido y Argentina. Yo no tengo que convencer a nadie. Nos hemos acogido a las leyes internacionales y aceptamos sus resoluciones;… Si no, la ONU se convierte en un cuerpo sólo útil cuando apoya a los poderosos «, dijo.

 

La palabra «delirante» se me viene a la mente después de leer los comentarios de Timerman. No hay perspectivas de que la Argentina tome el control de las Malvinas en las próximas dos décadas, o incluso en los próximos cien años dado el caso. Las Malvinas seguirán siendo británicas durante el tiempo que sus habitantes tengan el deseo de permanecer bajo la protección de la Corona; que es probable que sea por tiempo indefinido.

Está muy claro por el vociferar de Timerman que su gobierno no tiene absolutamente ningún respeto por los deseos de los mismos isleños. Este es un caso más que claro de autodeterminación y soberanía, y los isleños de Malvinas irán a las urnas en un referéndum el 10 y 11 de marzo (que Kirchner se niega a reconocer) a votar sobre si las islas deben continuar como un auto-gobernado Territorio Británico de Ultramar. Argentina nunca ha tenido un reclamo legítimo de las Malvinas. Ha habido presencia británica en las islas desde 1690, cuando marineros desembarcaron por primera vez, con un primer asentamiento británico en 1765, y sus habitantes son mayoritariamente de origen británico.

El lenguaje amenazante de Timerman es un recordatorio de lo que enfrentan Gran Bretaña y los isleños; un régimen argentino cada vez más beligerante y desesperado que está hundiendo al país en un mar de desgobierno socialista, recurriendo incluso esta semana a los controles de precios en los supermercados en un contexto de inflación en espiral. Cristina Kirchner tiene todas las características de un matón populista, tratando de silenciar a sus oponentes internos mientras trata de intimidar a un grupo de isleños del pacífico que viven a 2000 kilómetros de distancia de la ciudad capital de Argentina. Su agresión, sin embargo, va a terminar en fracaso.

Kirchner no debería tener ninguna duda de la voluntad de los isleños en defender su libertad, o de la determinación de Gran Bretaña para enfrentar y derrotar cualquier amenaza procedente de Argentina. El matón de Buenos Aires puede soñar con que la bandera de su país va a volar de nuevo sobre Port Stanley, pero nunca será realidad. Debe entender que el espíritu de la libertad es siempre más fuerte que la mano dura de un demagogo, una lección que algunos de sus antecesores se vieron obligados a aprender hace tres décadas.

 

Fuente: The Telegraph, Reino Unido