Sociedad

El desarme es un antídoto contra la violencia

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Justicia, Julio Alak, ponderaron la destrucción de 14.420 armas de fuego realizada hoy como un aporte a la erradicación de la violencia, la construcción de paz y a la seguridad. Destacaron el reconocimiento de ONU al país como líder en desarme.

“Erradicar la violencia y construir la paz son premisas indispensables de cualquier sociedad y metas esenciales de nuestro gobierno”, aseguró Capitanich, al tiempo que remarcó la necesidad de un abordaje integral de la problemática que contemple la multicausalidad del fenómeno. En ese contexto, el funcionario nacional llamó la atención sobre la trascendencia de quitar de circulación armamento ya que el mismo constituye un  factor determinante en el surgimiento de episodios de violencia y remarcó el rol de Argentina como primer país en el mundo en destrucción de armas. “Se han destruido más de doscientas mil armas en los últimos diez años, y eso implica una política concreta en materia de seguridad pública”, detalló.

Casi 15.000 armas fueron destruidas hoy en la localidad bonaerense de Campana, en el marco del Programa Nacional de Entrega de Armas de Fuego y la Ley 25.938 de materiales controlados, secuestrados e incautados.

La tarea comenzó a las 10 en una siderurgia de Campana, estuvo a cargo del Registro Nacional de Armas (RENAR) y fue supervisada por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el ministro de Justicia, Julio Alak; el secretario de Justicia, Julián Álvarez; el director del RENAR, Matías Molle; el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal; y el diputado Eduardo «Wado» De Pedro, entre otros funcionarios.      En más de una docena de cajones de madera, las 14.420 armas destruídas hoy llegaron a la siderúrgica «Scrap Service» desde distintos depósitos judiciales y custodiadas por los grupos especiales de la Policía Federal, la Prefectura Naval y el Servicio Penitenciario Bonaerense.      Los funcionarios verificaron el contenido de cada una de las cajas y supervisaron la tarea de los operarios que cargaron las armas en la trituradora que las destruyó.      Luego, los restos metálicos serán fundidos en la misma planta y el dinero obtenido por la venta de todo ese metal reciclado será destinado a distintas instituciones solidarias.      Desde 2007, cuando entró en vigencia el plan de desarme, ya se destruyeron 272.366 armas de fuego, de las cuales 153.846 fueron entregadas voluntariamente y el resto fueron incautadas por las fuerzas de seguridad en distintos operativos.      El director del RENAR, Matías Molle, explicó que «con cada arma que se destruye se salva al menos una vida o se evita que una familia sufra un accidente trágico e irreparable, y desde 2007 llevamos más de 270.000 armas sacadas de circulación y destruídas».      «En los últimos diez años la destrucción de armas se quintuplicó, y eso tiene que ver con la confianza que ha depositado la sociedad en el programa de desarme», añadió.     «Tenemos que acabar con el mito de la autodefensa, la mayoría de las muertes por armas de fuego de dan en riñas vecinales, familiares o en casos de violencia de género y no en delitos contra la propiedad ajena. Tener un arma es tener un problema», concluyó.      El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo que «contruir una sólida paz social es una de las metas trascendentales de este proyecto de país, y por eso este plan de desarme es fundamental».      «La ONU ha reconocido internacionalmente nuestro plan de desarme, y en esto es importante recordar que antes en Argentina no habìa tanta rigurosidad en los controles para acceder a un arma», añadió.   En ese sentido, el funcionario explicó que «cuando se hacen análisis de los datos, queda claro que la mayoría de los homicidios con armas de fuego se cometen con armas que están registradas y en el contexto de algún conflicto intrafamiliar».

Alak

En ese marco, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, sostuvo hoy que “la seguridad se construye con hechos y políticas concretas”, y destacó la política de desarme civil que lleva adelante el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ya permitió la destrucción de más de 270.000 armas de fuego.

 

“La seguridad se construye día a día por medio de políticas de Estado que contribuyen a la consolidación de una sociedad cada vez más pacífica, basada en la convivencia y en la no violencia”, dijo el ministro al supervisar la destrucción de más de 14.000 armas de fuego entregadas voluntariamente por la ciudadanía y cedidas por los poderes judiciales de las provincias de Buenos Aires y Salta.

 

Al ingresar a la planta siderúrgica Tenaris, en la localidad bonaerense de Campana, donde se desarrolló el procedimiento, Alak cuestionó “a los que se quedan en el discurso, como si alcanzase con hablar de la seguridad, cuando lo único que buscan es inflamar a la sociedad para posicionarse electoralmente”.

 

“Las armas se hacen para matar, en cambio el proyecto de Néstor y Cristina Kirchner es un proyecto de vida y es por eso que las destruimos”, dijo el ministro.

 

En ese marco, precisó que “el Plan Nacional de Desarme ya permitió sacar definitivamente de las calles 272.366 armas, 100 mil de ellas en los últimos dos años, y más de 1,5 millón de municiones destruidas”.

 

«Esta marca pone a la Argentina a la vanguardia del desarme civil a nivel global, y confirma la potencia de una política que fue reconocida por las Naciones Unidas como el mejor plan de eliminación de armas de fuego del mundo”, subrayó el funcionario, y aseguró: “Promover el desarme de la sociedad civil no es hablar de seguridad, es construirla apostando a la prevención de la violencia”.

 

El ministro enfatizó que “el hecho de que 153.846 de esas armas fueron entregadas voluntariamente por la ciudadanía en el marco del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego da cuenta del compromiso de la sociedad con la construcción de una comunidad cada vez más pacífica”.

 

Alak volvió a insistir, como ante cada una de las instancias de este programa, que “la ausencia de armas en los hogares evita que conflictos interpersonales, que son el marco del 65% de los homicidios dolosos en la Argentina, terminen en muertes absurdas”.

Molle, en tanto, dijo que “hoy, con este procedimiento, hay 272.000 posibilidades menos de que las armas causen daños que a veces son irreparables”, y adelantó que el objetivo del organismo que conduce es destruir 100.000 piezas a lo largo de 2014. Las armas destruidas esta mañana corresponden a un nuevo lote de piezas obtenidas en la segunda fase del Programa Nacional de Entrega Voluntaria y a piezas que habían sido secuestradas en operativos de las fuerzas de seguridad y estaban en custodia de la Justicia, de acuerdo al siguiente detalle: Ø  9.254 armas entregadas por el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires. Ø  2.465 armas entregadas por el Poder Judicial de Salta. Ø  2.701 armas recolectadas por el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego. El proceso se realiza en dos etapas: en primer término, la trituración de las piezas, que luego son fundidas mediante la utilización de un horno de alta temperatura.

 

Casal

 

El ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, señaló que «iniciativas como esta son muestras concretas de la lucha frontal contra la violencia que todos los días encara este gobierno».      «Las armas son simpre un peligro, por eso es importante que sigamos trabajando juntos para desarmar no sólo a los delincuentes sino también a la sociedad civil», añadió.     «Los bonaerenses también queremos felicitar la iniciativa del diputado De Pedro para impulsar el proyecto de ley «Armas Cero», porque es fundamental quitar de circulación todas las armas que no sean de las fuerzas de seguridad, y para eso vamos a presentar un proyecto similar enn la provincia», finalizó.      El secretario de Justicia, Julián Álvarez, dijo que «es necesario seguir impulsando el programa de desarme, porque cada arma que sale de un hogar es un problema menos para esa familia».      «Las armas no dan seguridad, sino que aumentan los riesgos de que un incidente doméstico o un asalto terminen de la peor manera, por eso quienes sostienen el discurso del miedo en realidad lo que quieren es promover la inseguridad», completó.      El programa está en marcha desde el 10 de julio de 2007 y consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego y municiones a cambio de un incentivo, que varía entre los 500 y 2.000 pesos, según el tipo y calibre del arma entregada.      Las armas corresponden a la recolección en los puestos fijos de delegaciones RENAR, puestos móviles ubicados en diferentes ciudades del país y decomisos en las provincias de Buenos Aires y Salta.      Esta política tiene como objetivo la eliminación total del arma de fuego y la imposibilidad de que vuelva al circuito y pueda ser utilizada en situaciones conflictivas y violentas.      El Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego recibió el año pasado en Nueva York el premio «Política del Futuro 2013″, otorgado por la Oficina de Asuntos de Desarme (UNODA), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria.

Fuente: Sala de Prensa