Ciudad

Macri regala un extraño kit en las escuelas para combatir el sobrepeso

La Ciudad les entrega a los chicos de colegio primario un elástico y tizas para que jueguen a la rayuela, y semillas de achicoria y rúcula para que se alimenten saludablemente

El kit que llega a chicos de las escuelas primarias de la Ciudad, los sorprende. Consta de  un elástico, tizas (amarillas) y tres bolsas de semillas de achicoria, radicheta y rúcula. 

Con la entrega se  espera combatir la obesidad infantil con ejercicios físicos y comida sana. 

Según la primera encuesta anual de la Ciudad, el 42,3% de los niños entre 5 y 12 años presentan sobrepeso. Y el 60 por ciento de los escolares admite que consume «alfajores», entre otros alimentos azucarados.

Según la vicejefa de gobierno porteña, María Eugenia Vidal, «El 47% de los niños y niñas de las escuelas que participaron de este programa presentaban exceso de peso corporal (sobrepeso u obesidad). Según sexos, la prevalencia de exceso de peso fue mayor en los varones (50,07%) que en las mujeres (44,53%)». 

Con estos datos, el gobierno porteño busca que los chicos jueguen a la «rayuela», una diversión que hoy los más pequeños desconocen (pero sus padres no), y estimular la actividad física. 

Las semillas tiene otra misión: sembrarlas en una huerta, y así logren incorporar el buen hábito de consumir verduras y frutas en una dieta que por lo general suele ser «hipercalórica».

Según datos de la ciudad, el 28,7% de las madres manifestó que encuentra dificultades para que su hijos consuman verduras, y el 13,5%, frutas. En tanto, sólo el 36% de los niños realiza actividad física fuera de la escuela.

«El kit de rayuela y el de elástico promueve un juego con movimiento para que el niño realice actividad física de manera lúdica. Si bien la mayoría de los chicos nunca jugaron a esto, lo interesante es que los padres tienen la posibilidad de enseñarles algo que a ellos de chicos les divertía», señala Federico Salvai, legislador porteño por el Pro.

El programa denominado «Mi escuela saludable», que comenzó en 2012 y alcanzó a 6500 chicos, padres y docentes, tiene el propósito de acompañar a la comunidad educativa en el mejoramiento de los hábitos alimentarios, a través de acciones y propuestas lúdico educativas.

Durante este ciclo escolar prevén que se duplique es alcance a casi 70 establecimientos públicos.

La primera etapa del programa consistió en seleccionar 32 escuelas (8 de cada una de las Áreas programáticas de los hospitales Tornu; Argerich; Alvarez y Fernández), aquellas que presentaban mayores prevalencias de sobrepeso y obesidad, de acuerdo a los datos obtenidos de los screenings de salud escolar del año 2011. La participación de las escuelas era voluntaria y el ciento por ciento aceptó.

Según los especialistas, existen factores de riesgo para el desarrollo del sobrepeso y la obesidad y saber que aquellos niños que los presentan constituyen un grupo vulnerable, en el que se hace imprescindible comenzar tempranamente con estrategias de prevención.

La Ciudad realizó un diagnostico de la situación alimentaría de los chicos tras un relevamiento en la zona de los colegios a los que asisten. Allí se advirtió la presencia de kioscos escolares y de una gran oferta de alimentos en éstos; de consumo informal de golosinas en los recreos; se constató las características de los juegos y las actividades que realizan los niños, y el tipo de comidas formales ellos reciben como almuerzo.

Dicho diagnostico en los recreos evidenció que el consumo informal es a expensas de alimentos y bebidas comprados fuera del establecimiento, siendo la principal elección aquellos alimentos ricos en azucares y grasas. 

Además se observo que en uno de cada cuatro instituciones educativas no se realizan juegos con movimiento en los recreos. 

Con estos datos,  se llevaron a cabo 310 talleres de Educación Alimentaria Nutricional dirigidos a toda la comunidad escolar (docentes, familias y niños) con el propósito de impulsar el desarrollo de hábitos saludables, acompañados con material informativo y didáctico acorde a cada grupo de edad. Algo que este año duplicarán por el grado de respuesta que alcanzaron, indicaron desde la Ciudad.

Los talleres incluyeron juegos participativos; lectura de cuentos; recetarios de cocina con historias; clases de cocina; mensajes saludables de padres a niños; juegos tradicionales para incorporar movimiento como rayuela y elásticos.

El médico y diputado porteño (MC) Jorge Selser dijo que estaba de acuerdo con impulsar una campaña contra la obesidad infantil, pero cuestionó el camino que eligió el macrismo. 

«Los chicos que van a un colegio público, en general, son los que menos recursos tienen, y los que peor se alimentan. En ese sentido, en vez de invertir este dinero en semillas de achicoria que no se sabe si tendrán lugar para plantarlas, se podría gastarlo en otras acciones más eficientes», dijo Selser. y agregó: » Lo primero que hay que hacer es un relevamiento en todos los colegios de la ciudad para establecer qué tipo de problemas de salud tienen los chicos, no sólo de obesidad, y actuar en consecuencia».

Para algunos padres, la iniciativa del kit escolar para evitar el sobrepeso, con tizas y semillas de achicoria, despierta algunas dudas. «La verdad que esto parece un poco tirado de los pelos, puede servir si es acompañado con una campaña de concientización y educación. En principio, parece una campaña graciosa y llamativa. Si la idea es entrar por el lado del juego, debería buscar algo más interesante, como ‘el juego de embolsados”. 

El kit escolar que Macri regala en las escuelas ya lleva más de un año. Y se entregó en más de 60 colegios. Algunos funcionarios quieren que se replique en los colegios privados.