Opinión

A 39 años del desembargo en nuestras Islas Malvinas, una agenda de futuro para nuestra soberanía.

Malvinas: Soberanía es recuperar lo nuestro

Malvinas no es una fecha anclada en el pasado, y es mucho mas que el recuerdo doloroso de una guerra. Malvinas es una herida abierta en las entrañas de nuestro pueblo, es el testimonio vivo de la vigencia del colonialismo en pleno siglo XXI, es un recurso estratégico para nuestra Patria por su riqueza pesquera... Leer más »

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Malvinas no es una fecha anclada en el pasado, y es mucho mas que el recuerdo doloroso de una guerra. Malvinas es una herida abierta en las entrañas de nuestro pueblo, es el testimonio vivo de la vigencia del colonialismo en pleno siglo XXI, es un recurso estratégico para nuestra Patria por su riqueza pesquera y energética.

Desde lo profundo de nuestra historia Argentina ejerció su derecho soberano sobre nuestras Islas Malvinas. Lo testimonian la audacia del comandante Areguatí y de Luis Vernet, quienes llevaron adelante un proyecto de desarrollo económico sobre nuestras Islas. El sentido de indignación de nuestro Gaucho Rivero, quien facón en mano, se enfrentó a los colonos asentados un 3 de Enero de 1833 tras el desembarco de la corbeta británica Clio, que accedió a nuestras islas tras haber sido abatidas las defensas de Vernet en Puerto Soledad por la corbeta norteamericana USS Lexington unos meses antes.

El arrojo de Miguel Fitzgerald, y la voluntad patriótica inquebrantable de Dardo Cabo y sus cóndores, son los que explican el heroísmo de nuestros combatientes en una guerra declarada por oportunismo político de una dictadura al servicio del extranjero, que tambaleaba como consecuencia de sus crímenes y del destino de miseria planificada al que habían condenado a las mayorías populares.

Las corporaciones de la comunicación, las mismas que blindaron mediáticamente a la dictadura y enarbolaron un patriotismo inverosímil durante la guerra, fueron las ingenieras de la desmalvinización democrática, las que – con la complicidad Alfonsinista- sepultaron en el olvido a nuestros combatientes tras la rendición de Menendez. Fueron las que proclamaron el exitoso camino de las relaciones carnales con la que el Menemismo sepultó nuestro reclamo soberano, las que cuestionaron la vehemencia de Néstor y Cristina para ejercer nuestro derecho soberano ante los organismos internacionales, son las que proclamaron la reconciliación y ejercieron silencio ante la entrega de Mauricio Macri y hoy pretenden imponer condiciones frente a cualquier revisión de los funestos acuerdos que hoy siguen vigente.

La revista Gente publicó durante la guerra de Malvinas “seguimos ganando”, Clarín habló de “euforia popular”. Intentaron sostener la dictadura hasta el último de sus días. No dudaron jamás en mentir para mantener un gobierno que defienda los intereses de los grupos económicos a los que legitimaban desde sus páginas y castigar a todo aquél que pretenda ejercer una política soberana.

Malvinas duele en lo profundo de las entrañas, y aún más las consecuencias diplomáticas de los gobiernos que entregaron nuestra soberanía. El vergonzoso acuerdo Foradori Duncan del 13 de Septiembre de 2016, continuidad de los acuerdos de Madrid alcanzados durante el Gobierno de Carlos Menem, constituyen una entrega de soberanía sobre las Islas y fundamentalmente sobre nuestros recursos estratégicos que no tiene comparación en la historia.

Los acuerdos de Macri le han permitido a Gran Bretaña consolidar su pretensión de explotación de la pesca y la explotación de hidrocarburos en nuestro suelo. Las millonarias pérdidas anuales por la pesca ilegal y las patentes otorgadas por Inglaterra lesionan la economía nacional, al mismo tiempo en que la British Petroleum sigue asociándose con las corporaciones locales que siguen profundizando la cartelización de la extracción de hidrocarburos de la Argentina.

Se cumplen 39 años del desembarco en nuestras Islas Malvinas que diera inicio al conflicto bélico con una Gran Bretaña que sigue ejerciendo pretensiones coloniales sobre nuestro territorio. Es vital e indispensable que ésta nueva etapa de la Argentina permita denunciar los tratados de Madrid, sepultar el acuerdo Foradori Duncan e iniciar un camino enérgico por las vías diplomáticas que permita terminar con éste testimonio infame de colonialismo en pleno siglo XXI.

Nuestros héroes caídos en Malvinas nos exigen que la memoria sea un arma cargada de futuro, en el que nuestras Islas sean recuperadas para el ejercicio de nuestra soberanía exclusiva. Nuestra memoria, nuestro presente, y aún más un futuro en el que Malvinas ocupa un bastión clave de la estrategia de desarrollo económico de nuestra Pampa Azul, exigen de nuestro pueblo la necesidad de quebrar el sentido común que nos ofrece el colonialismo para observar nuestro destino.

Volveremos y venceremos, porque ejercer la soberanía, es recuperar lo nuestro.