El Sistema de Promoción y Protección de Derechos del Niño de la Provincia de Buenos Aires separó a 637 niños, niñas y adolescentes de sus padres por negligencia, entendida como la falta de cuidados básicos, según datos de la Secretaría de Niñez y Adolescencia.
Se trata de los casos más graves que requieren una medida de protección especial tomada por el Estado provincial. En total, hubo 3331 niños con intervenciones por esta causa en el Sistema de Protección de Derechos bonaerense.
La información surge de un informe del Registro Estadístico Unificado de Niñez y Adolescencia (REUNA) realizado sobre los últimos doce meses, entre el 1 de marzo de 2014 y el 28 de febrero de este año.
En el trabajo se resalta que la totalidad de casos registrados fueron 3331, pero la mayor cantidad se pudo resolver sin recurrir a lo que se denomina “medida de abrigo”, es decir la separación del niño de su núcleo familiar por 180 días.
En el caso de las 637 medidas de abrigo, una vez cumplido el plazo de 6 meses, y agotadas todas las instancias de revinculación con su familia de origen, se puede solicitar, como en todas las situaciones de niños sin cuidados parentales, el estado de adoptabilidad.
Sobre este tema, el secretario de Niñez y Adolescencia provincial, Pablo Navarro, aseguró que “los cuidados negligentes constituyen una de las causas principales que originan las medidas excepcionales de separar a un niño de su familia de origen y junto con el maltrato y el abuso sexual, superan el 50 por ciento de todas las intervenciones del Estado por vulneración de derechos”.
“Está claro que cuando hablamos de negligencia no nos referimos a un descuido momentáneo sino a la falta grave y reiterada de cuidados de un niño, niña o adolescente, relacionados sobre todo a la protección de la integridad física o psicológica”, señaló.
En palabras de Navarro, la negligencia “es un maltrato pasivo y se presenta cuando las necesidades físicas del niño como alimentación, abrigo, higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, no son atendidas en forma temporaria o permanente por ningún miembro del grupo conviviente”.
“Se trata de un tipo de violencia que no suele detectarse prontamente, dado que sus consecuencias no son inmediatas, sino más bien, se traducen en distintas problemáticas físicas, intelectuales o emocionales que el niño comienza a evidenciar, como así también en la recurrencia de diversos accidentes domésticos (caídas, quemaduras, entre otros)”, agregó el funcionario.
Navarro detalló que “las denuncias por negligencia así como otras vulneraciones de derechos en niños llegan al Sistema derivadas de distintos ámbitos como el Poder Judicial, establecimientos de Salud o Educación, entre otros, por presentación espontánea en alguno de los 201 Servicios Locales de Promoción y Protección o de los 23 Servicios Zonales, o por medio de la línea telefónica gratuita 102. Hoy, gracias a la decisión política del gobernador Daniel Scioli, contamos con una red muy amplia para detectar este tipo de cuestiones. Pero, además debemos concientizar a la sociedad para que, ante cualquier duda, se comunique al 102 o se acerque a nuestros dispositivos”
La Línea 102 atiende las 24 horas y los 365 días del año, y su objetivo es poder alertar sobre cualquier tipo de vulneración de derechos en niños, niñas y adolescentes, desde situaciones de violencia hasta casos bullying, entre otros.
En ese servicio telefónico provincial se recibieron en enero de este año 47 comunicaciones para denunciar posibles casos de negligencia. Las alertas son derivadas al equipo de profesionales de los Servicios Zonales o Locales correspondientes.
La intervención
Sobre las intervenciones ante casos de negligencia, la coordinadora del Servicio Zonal de Protección De Derechos de La Plata, Viviana Gotta, aseguró que en “la mayoría de los casos partimos de situaciones similares”.
“Nosotros tuvimos el caso de un bebé de casi un año que fue internado varias veces por bajo peso. Además de que registraba numerosas caídas y golpes. Cuando los profesionales del Servicio Local, alertados por los médicos, visitan el hogar y entrevistan a la madre, detectaron que ella no era capaz de registrar la falta de nutrición adecuada y el riesgo para su hijo, a pesar de que contaba con ayuda alimentaria brindada por la Dirección de Acción Social, el apoyo de los psicólogos del Servicio Local y Zonal, de los médicos y de toda la red del barrio”, agregó.
Gotta explicó que “en este, como en otros casos, existe una debilidad en el rol materno. Esto se trabaja con los equipos profesionales para ver si funcionan estrategias previas que no impliquen la separación temporal o definitiva del niño, tales como el fortalecimiento en el cuidado diario de los chicos”.
“Y además este acompañamiento continúa con los padres una vez tomada la medida de protección, para ver si es posible restituir al niño a su familia de origen. Sin embargo, a veces no es posible, y necesario buscar el camino de las familias ampliadas o de la adopción”.