El gobierno de Córdoba acelera las negociaciones para el inicio de clases y, tras una segunda reunión con los maestros, ofreció ayer una suba, promedio, del 31,6%, a abonarse en dos cuotas: la principal, en febrero que sería una suba del 20,64 por ciento, y la segunda, con la liquidación de julio, un aumento del 9,09 por ciento.

El titular de UEPC, Juan Monserrat, precisó a los medios locales que el ofrecimiento para el caso de los maestros de grado que recién se inician en la actividad supera el 33%. De esa forma, el salario en esa categoría reflejaría una suba de bolsillo de 1.000 pesos en febrero, lo que implica un 23,2 por ciento de aumento, mientras que en agosto, ese mismo docente completaría un alza de 33,5 por ciento, por lo que su salario llegará a 5500 pesos en mano.

«En los pisos salariales el aumento es un poco mayor: el 23,2% en febrero para las maestras de grado que recién se inician, totalizando en la posición de agosto un 33,5%», precisó Monserrat.

La propuesta de De la Sota superó la primera oferta, que había sido un aumento del 28 por ciento y en tres cuotas. Ahora, maestros decidirán en asamblea la próxima semana si la aceptan o no.

El martes, San Luis dio un aumento del 30% y llevó el salario inicial de los docentes a 5.550 pesos. Esa mejora será abonada a partir de marzo, con un 15% de aumento; un 10% en julio; y un 5% en octubre.

La recomposición salarial que lograron los educadores puntanos que recién se inician en la actividad es la misma que reclaman a nivel nacional los gremios docentes enrolados en la CGT de Antonio Caló. Puntualmente, UDA, SADOP, AMET y CEA –cuyos titulares se reunieron este martes con el jefe de la central obrera, para acercar posiciones con el Gobierno nacional. Los sindicatos federales piden a la administración central una suba del 66% para llegar a un salario de un maestro de grado que recién se inicia, en mano, de 5.500 pesos.