¿Cómo te acercaste al Pro?

Empecé como no queriendo, de a poco. Me uní a un grupo de conocidos que venía participando en el Pro de Pompeya con un amigo. Nosotros estábamos en una sociedad de fomento en el 2002, y lo recuperamos porque lo estaban cerrando y empezamos a trabajar. Encuentro un lugar con gente que me abrió las puertas, podría haber ido a cualquier otra agrupación pero me recibieron, me dieron la posibilidad de participar, de ser escuchado, de proponer algunas ideas. Y estar con amigos, conocidos, gente que uno sabe lo que es. 

¿Qué pasa desde lo ideológico? ¿Te sentís reflejado?

Al ser una fuerza nueva fue tomando gente de otros partidos: peronistas, radicales, de la UCEDE, gente más de derecha, de izquierda; lo que comparto es la idea la intención de cambiar las cosas desde el lugar que uno esté. Yo creo que los grandes pensamientos de Vamos a cambiar el mundo, la paz mundial, ya no van, es más lo concreto y  más estando acá en la Ciudad. Donde el tema concreto es la persona, tu vecino. Todo tiene ideología pero hay cuestiones que van más allá. Hay problemas en el lugar en donde estas y hay que resolverlo si vamos a ponernos a discutir cómo lo resolvemos de izquierda, derecho o centro, no se hace nada. Eso lo discutís después, pero estás discutiendo el chiquitaje. Pasá a la acción, soy más de la acción.

¿Habiendo cursado en la facultad de sociales de la UBA, tuviste críticas o gente que se alejó por esto?

Los amigos no. No pierdo el tiempo en eso, en pelearme o discutir. Lo mismo pasa con mis amigos y mi familia, ellos son peronistas de toda la vida y yo también pero no pierdo el tiempo en discutir cosas que sé que no llegan a nada. Uno participa pero hay medidas en las que no estás de acuerdo pero las podés discutir. Dentro del Pro hay discusión y equipo de trabajo. 

¿Alguna vez pensaste en tener un cargo político?

No. porque estoy participando pero no soy político. Mi lugar está en otro lado. Yo siempre trabajé en otra cosa. El lugar donde estoy es porque tengo conocidos pero no entré estratégicamente.  Para eso hay gente idónea, preparada. 

De todas las cosas que fue haciendo el Gobierno de la Ciudad, ¿ cuáles son las medidas o políticas a destacar?

A veces lo más visible. Una de las cosas fue mantener a Crescenti y a la gente del SAME. Me tocó participar en varios cursos. Haber mantenido una línea es fundamental, la respuesta que tiene el SAME, la atención, la gente de emergencia en el 103. Por otro lado, lo que veo es el metrobus y más el de 9 de julio se redujo 20 minutos de viaje. No se nota tanto para la gente que vive en capital pero sí los que viajan a  Avellaneda y demás. Lo que me toca ver es lo que se está haciendo en la peatonalización del centro: las calles San Martín, Sarmiento. Era algo necesario porque caminabas por una veredita de treinta centímetros, está en etapa de construcción -que uno también lo sufre porque no podés pasar-. Después, en cuanto a obras, lo del arroyo Maldonado, lo que pasa es que es tan cambiante todo, que lugares que no se inundaban se inundan, con el cambio climático, es como que nunca se termina de hacer todo. También pasa que mientras más hacés más te pide la gente, entonces se hizo la obra del Maldonado y toda la gente de zona sur, de Soldati, Lugano, Riachuelo te pide lo mismo en el arroyo Cildañez. Eso lleva tiempo y plata. También se hizo cargo del subte, y pide día a día que le pase la policía, sabiendo todo los problemas que eso acarrea. En la Policía Federal ya no tengo mucha confianza. Todas las provincias tienen su policía local. Más allá de participar o no es una disputa que no beneficia a nadie.

Algunos políticos lo acusan a Macri que hace una política privatista y no pública.

Para mí no. Es más fácil pegarle a Macri por cualquier cosa que a cualquier otro político, por la historia familiar que tiene. No tiene nada que ver. En la zona sur se está preparando los Juegos Olímpicos de la Juventud. Hay un montón de cosas que se hacen y no se conocen. Con el tema de la educación pública, desde diciembre empezó con la campaña de las aulas conteiner. Es una construcción de durloc  que se hace, nada más que acá hay otra mentalidad que si no es de ladrillo o cemento no sirve. Con el tema de las faltas de vacantes, es para los niveles que no estaban obligatorios actualmente. Para los niveles de educación obligatoria hay pero se está bajando cada vez más para centros de primera infancia, chicos de 45 días, en eso no es obligatorio. La obligación es primaria, secundaria y ahora jardín. También me tocó ver la obra que se hizo en la Maternidad Sardá, se renovó la sala de espera y es hermoso; ahí se tiene que cambiar el paradigma, la sala de espera es alegre para los chicos. Otra de las cosas fue que hubo recuperaciones de plaza, como en Boedo la plaza Almagro. Es fácil por la historia de Macri pegarle siempre por ese lado porque viene de una empresa. 

¿Te parece que faltan cosas para hacer?

Todo. Cuanto más hacés, más cosas te reclaman y más cuenta te das que faltan cosas. Hablamos recién de la educación que se está bajando la edad de obligatoriedad, ahora es de cuatro. Hay que hacer más aulas y escuelas. Recuperar el espacio público como en Constitución o Retiro. Crear la policía metropolitana que ya está en cuatro comunas y la gente está contenta. También hay que continuar con el subte, seguir renovando estaciones y vagones. Si uno cree que ya hizo algo y con eso está solucionado todo, te estancás. Yo vivo desde chiquito en Pompeya y nunca vi una obra, ahora por la esquina de mi  casa pasa el metrobus sur y se arregló toda la calle.