Sociedad

Religiosos debatieron sobre el aborto y criticaron a la Iglesia Católica

Representantes de distintos cultos expusieron en Diputados su postura a favor de la interrupción voluntaria del embarazo y se planteó “sacar el tema del Código Penal para ponerlo en un enfoque de los Derechos Humanos”.

Debate de religiosos en favor de legalizar el aborto.

Una reunión de religiosos para debatir la legalización del aborto se llevó a cabo ayer,  convocada por la diputada de Libres del Sur Cecilia Merchán y la coordinadora del Colectivo de Mujeres Juana Azurduy, Malena Nisman.

El encuentro se desarrolló en el Salón Cabezas en el marco del Día Mundial por la Salud de la Mujer, donde el pastor Lisandro Orlov, vicepresidente 2º de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas e integrante de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, quien reclamó “legalizar un problema de real urgencia”.

“No lo que consideramos pecado es necesariamente delito”, remarcó Orlov, antes de manifestar que “es necesario sacar el tema del Código Penal para ponerlo en un enfoque de los Derechos Humanos”.

“El respeto a la autonomía es un valor que no podemos negociar. Nuestro cuerpo es el primer espacio de la ciudadanía y eso no se negocia”, resumió el representante del evangelismo. Asimismo, Orlov expresó que “el silencio nos hacía culpables de las muertes”, por eso instó a “salir de la clandestinidad, porque la sociedad argentina necesita pluralismo, no solamente una sola voz”.

Por su parte, la pastora Mariel Pons, de la Iglesia Evangélica Metodista argentina, leyó una carta en nombre de su institución en la que se llamó a la sociedad a “sacar a la luz” el tema. “El Estado debe legislar la despenalización para evitar las muertes, además de garantizar las condiciones para que el aborto no sea una opción”, señaló la carta, donde se reclamaba una “mayor educación sexual e igualdad en la identidad de género”.

“El problema no es sólo de las mujeres. Cada víctima no puede convertirse en un número más”, agregó la misiva de la Iglesia Evangélica Metodista argentina.

Asimismo, el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, consideró que “es necesario renovar el compromiso de la polémica; no dejarse avasallar por el poder hegemónico que determina cómo debe ser la vida desde el punto de vista doctrinario y no el de la realidad”.

En tanto, Goldman añadió que el lugar del Estado debe ser “homogeneizar dando derechos e igualdades” y exhortó a que “como sociedad podamos dar respuestas al tiempo que nos convoca”.

A continuación, Guillermo «Quito» Mariani, presbítero de la Iglesia Católica, fue sumamente crítico con la institución de la cual formó parte y convocó a “desembarazarse de la presión de una institución autoritaria y única”. Tras situarse en la línea ideológica del Concilio Vaticano II, admitió: «La negación tiene que ver mucho con satisfacción política para la Iglesia».

Igualmente, exigió una “reformulación de los dogmas» de la institución y una “educación sexual eficaz” por parte del Estado. De este modo, sus últimos dardos fueron para el actual Sumo Pontífice: “Benedicto XVI está haciendo todo lo posible para volver hacia atrás. Quiere que seamos un ejército ordenado que esté siempre preparado para el ataque, aunque seamos cuatro locos”, ironizó Mariani en el Salón Cabezas.

El cierre estuvo en manos de la diputada Merchán, quien destacó que el proyecto está firmado por 50 diputados de distintos bloques y cuenta con el apoyo de universidades, colegios y diversas asociaciones.

“La intención era dar de baja un debate falso que dice que por un lado estamos las que promovemos el aborto y por otro, las iglesias. Hoy demostramos que no es así; la sociedad está harta de los dobles discursos”, concluyó la legisladora de Libres del Sur.