La Presidenta Cristina Fernández afirmó que «va a desagraviar a Evo Morales de la humillación», luego de que el mandatario boliviano quedará varado en Viena luego de que varios gobiernos europeas no dejaran transitar sus espacios aéreos.

«Se siente como si cinco siglos no hubieran pasado», sostuvo la jefa de Estado en el acto que encabezó en la Ciudad de Bariloche. 

En ese marco, afirmó: «Cuando uno ve lo que le hicieron a Evo Morales, que en Italia no dejan pasar a un gobernantes por su espacio aéreo, se siente como si cinco siglos no hubieran pasado y todo siguiera igual aunque un poco mas encubierto». 

«Me tocó hablar con Evo y me dijo: `A mi no me van a tratar como un ladrón. Soy un presidente y me van a tratar como tal´. Tratemos a nuestros héroes con respeto y amor. Significa darles a los nuestros lo que merecen», señaló.

La mandataria inauguró una biblioteca y un laboratorio experimental. «El Instituto Balseiro es un orgullo de todos los argentinos», sostuvo la Presidenta. Estuvo acompañada por el gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck y el presidente del bloque de senadores y candidato a su reelección, Miguel Angel Pichetto, Cristina inició el acto con una videoconferencia con Villa Maria, donde se inauguró un laboratorio.

Por otra parte, se refirió al monumento de Cristobal Colón que generó varios cruces entre Nación y Ciudad. 

«Las estatuas se cuidan se restauran y se trasladan a otros predios. En la casa Rosada queremos que estén representados quienes lucharon por la independencia. No es una cuestión caprichosa, se trata de reivindicarlos», afirmó.

Según ella, «en la Casa Rosada donde están representados los argentinos y su historia queremos poner a Juana Azurduy. Pocos gobierno han cuidado el patrimonio histórico y cultural como este Gobierno», manifestó.

Sobre el sorpresivo paro ferroviario del miércoles, por el que el Gobierno denunció hoy penalmente al gremio de los conductores de trenes La Fraternidad sostuvo: “No voy a tolerar la extorsión de nadie, no porque sea valiente o corajuda; es la inmensa responsabilidad de tomar las decisiones en nombre del interés de los 40 millones de argentinos».

La Presidenta afirmó que «algunas voces de sectores de sindicatos se arrogan los derechos que han conseguido los afiliados» en esta década, pero advirtió que «son los mismos de cuando el pueblo se moría de hambre y no pasaba nada».

«Nadie más que nosotros luchó por recuperar el poder de los trabajadores sindicalmente organizados», insistió y pidió a los argentinos que «diferencien» a los dirigentes y recuerden que el gobierno kirchnerista «reinstauró en el 2003 los convenios colectivos de trabajo».

«Yo les pido a todos los argentinos que hagamos un gran esfuerzo, no puede ser que estemos sometidos a núcleos de extorsión de esta naturaleza cuando ya soportamos las presiones más terribles», reflexionó y, como ejemplo, mencionó haberle dicho «no al ALCA» y al FMI.