Sociedad

Spinetta despidió el año con un show exclusivo para fanáticos

El flaco Luis Alberto Spinetta cerró el 2010 con una única función en Niceto club, en capital. Deslumbró con un impecable set de dos horas en el cual recorrió sus últimos trabajos. A punto de cumplir 61 años demostró que su calidad musical y su voz única permanecen inalterables.

Spinetta cerró el año con la presentación del registro de su recital del año pasado en Vélez  y el show de anoche en Niceto.

Luis Alberto Spinetta se despidió de este 2010 con una presentación exclusiva en Niceto, en el barrio porteño de Palermo. Con entradas agotadas apareció poco después de las 22 sobre el escenario y sin mediar palabras, desplegó un show inolvidable para todos los fanáticos que pudieron presenciarlo.

El artista, poeta, músico e intérprete no necesitó montar ninguna escenografía para deslumbrar a los espectadores, bastaron los acordes de su guitarra, las delicadas melodías de su voz y el acompañamiento de sus músicos.

No fue casualidad que el repertorio elegido para este show no incluyera temas de sus primeros años, el flaco renovó su apuesta por el presente y así sonaron principalmente temas de “Pan” y “Un mañana.” El repertorio tuvo coloración de jazz pero también se escucharon melodías inconfundibles de Spinetta Jade.

Sentado en su taburete, íntimo, dejó que sus músicos se luzcan en cada tema y no escatimó halagos para ellos. También se dio el lujo de mostrar a su hija menor, Vera, quien hizo segundas voces y se destacó en “Cabecita calesita.”

El público supo apreciar el regalo de Spinetta y se dejó llevar por las melodías que, a veces más sutiles y otras más rockeras, hipnotizaron a los presentes. Dos homenajes rindió en forma de canción: interpretó “8 de octubre”, tema compuesto junto a León Gieco en honor a las víctimas de la tragedia de Santa Fe y versionó “Té para tres”,  canción de Soda Stereo que ya hizo propia y dedicó sentidamente a Gustavo Cerati.

Después de un intervalo de quince minutos, el calor era difícil de soportar para todos los presentes, el flaco demostró que la guitarra eléctrica es una extensión de su cuerpo y el rock sigue siendo el motor que lo moviliza. Con “alma de piedra”, “Atado a tu frontera”, “Ludmila” y una versión tremenda de “Tu vuelo al fin” comenzó a despedirse del público.

El show finalizó y con el cierre del telón quedó en el aire esa sensación única que flota cada vez que Spinetta se brinda entero. Un artista inconmensurable, más vigente que nunca, con un talento y una humildad difíciles de encontrar, un genio, hasta el año que viene flaco.

Federico Somoza