Ciudad

Temen el desmantelamiento total del Borda

Familiares y pacientes temen que la demolición, hecha por el gobierno porteño a despecho de una prohibición judicial y reprimiendo con violencia las protestas, haya sido sólo el comienzo para el desmantelamiento total del establecimiento.

La demolición del Taller Protegido 19 se suma al desarmado, el 5 de marzo de 2012, del Taller Pan.

 

La demolición del Taller Protegido 19 se suma al desarmado, el 5 de marzo de 2012, del Taller Pan, en el subsuelo de la cocina, donde el proyecto del Centro Cívico que el gobierno de la Ciudad quiere erigir en los terrenos del hospital prevé la construcción de cocheras.

 

“Me parece muy mal lo que está haciendo el gobierno de la Ciudad. Acá hay muchas personas que no tienen familia y éste es su único refugio. Si piensan tirar todo tienen que hacer otro lugar para albergarlos”, aseguró Marta Galeano, mientras tomaba mate con su hijo Joel en el parque del hospital, bajo el sol de la tarde.

 

Joel, de 22 años, hace una semana que está internado en el hospital por un problema de depresión asociado a su adicción a las drogas y después de haber pasado por otras instituciones.

 

“De por sí este lugar asusta, porque no es un lugar muy lindo y nunca quise que él terminara acá. Pero más allá de que de afuera pueda parecer feísimo, acá trabaja un grupo de profesionales maravillosos, que lo ayudaron un montón en su recuperación”, agregó Marta.

 

“La gente de afuera no entiende de qué se trata este lugar; hay que estar, tener un familiar acá para comprenderlo. Este no es un hospital de locos, es un hospital de enfermos. Yo hoy estoy sana, pero mañana no sé, a cualquiera le puede pasar”, dijo.

 

Joel confiesa que el viernes se asustó bastante, por eso se mantuvo alejado del foco del conflicto y recién fue a dar una vuelta cuando todo había pasado.

 “Estuvo muy mal lo que hicieron, ¡cómo van a reprimir así! Vinieron directamente a atacar, con el objetivo de demoler esto y lo hicieron, sin importar quién se les ponía enfrente. En (radio) La Colifata dicen que va a volver a pasar”, afirmó Joel.

 

“Siempre digo que si estuviera loco estaría más tranquilo porque no entendería nada de lo que está pasando. Yo la tengo a mi madre que me puede llevar a otro lugar, pero otros no tienen a nadie”, agregó.

 

Marta aseguró estar “muy indignada” con lo ocurrido el pasado viernes. “No lo puedo entender, acá dicen que hay locos pero él (por Macri) demostró estar más loco que todos”, dijo.

 

Unos metros más allá, en otra de las mesas con bancos de cemento, Andrés, estudiante universitario de 21 años, saluda a su hermana Nadia que vino a visitarlo como todos los días desde hace diez, cuando un colapso nervioso determinó su internación.

 

“Siempre está el miedo de que el Borda se va a cerrar, lo dicen los médicos, los enfermeros, todos. Y me da mucha pena porque no hay otros dispositivos de salud mental como para poder cerrar un lugar así. Sí lo cierran van a estar haciendo abandono de persona… siento mucha indignación”, dijo.

 

Nadia todavía no puede creer que la Policía Metropolitana haya entrado con armas al hospital, y mucho menos que las haya usado contra médicos, pacientes y trabajadores.

 

“Supimos que muchos pacientes se descompensaron. No se resguardaron los derechos de nadie”, dijo.

 

Para Andrés lo ocurrido el pasado viernes se define con una sola palabra: robo. “Me dolió mucho la parte que nos robaron, porque es un robo. Antes iba a jugar al fútbol a la canchita, ahora ya no voy a poder”, aseguró.

 

A esa hora de la tarde, Celeste Piazza, que no tiene un familiar en el Borda, pero sí tiene un hermano bajo tratamiento psiquiátrico en otra institución, participaba de la asamblea que organizaciones sociales realizaban en el local del Frente de Artistas para definir el plan de lucha a seguir contra la instalación del Centro Cívico en terrenos del Borda.

 

“Nosotros tenemos la suerte de tener una obra social y los recursos como para que mi hermano pueda ser atendido en centros médicos privados, pero hay gente que no los tiene”, aseguró. Piazza quien dijo que estaba “aterrorizada” con el accionar de la Policía Metropolitana.

 

De la asamblea también participaron varios pacientes, algunos de los cuales tomaron el micrófono para contar cómo estaban viviendo esta situación.

 

“Me gustaría tener un nuevo taller, me gustaría que vuelva, que fuera como antes”, dijo Jonathan Toledo.

 

“A mí me cagaron de un tiro y nos llevaron hasta el palo de la luz”, cuenta Juan y se levanta la remera para mostrar el impacto que le dejó una bala de goma debajo de la tetilla izquierda.

 

A pocos metros de allí, Brian, un paciente internado en el hospital, canaliza su angustia a través del arte. Está colaborando en la elaboración de un mural que, por iniciativa del Frente de Artistas del Borda, eternizará en las paredes de la ex Unidad Penitenciaria 20 lo ocurrido el pasado viernes.

 

“No me gusta lo que hizo Macri. Vino la infantería, nos empezaron a perseguir, dijeron que habían venido con topadoras. Yo quiero que éste sea un lugar de arte, de rehabilitación, un hospital lindo, donde podamos expresarnos a través de la pintura, como ahora. Para mí, la pintura es como un calmante porque me quita las preocupaciones”, dijo.