Un informe del Colegio de Geólogos de Catamarca dio a conocer las causas que produjeron las tragedias de El Rodeo y Siján, en la noche del pasado 23 de enero, cuando una fuerte tormenta eléctrica provocó la repentina crecida del Río Ambato en Catamarca, provocando 14 muertos.

De acuerdo al documento, dado a conocer por El Esquiú, los especialistas determinaron, entre otras cuestiones, que “los puentes de la villa ambateña estaban mal emplazados” y que “deben tomarse recaudos urgentes ante la posibilidad de que el río vuelva a desbordarse”.

Para los geólogos catamarqueños, el avance urbano en los márgenes y el emplazamiento de defensas en terrenos circunscriptos suprimieron el cauce y, ante las enormes precipitaciones acaecidas, el río se vio incapacitado para contener el aluvión dentro de su curso normal.

En tal sentido, el informe es contundente al indicar que tres puentes de la zona estaban “inadecuadamente emplazados” y agravaron la dramática situación ya que por la variación de pendiente, el agua adquirió velocidad y energía: “Sus estribos yacen en el lecho ordinario del río, actuando como aceleradores de flujo a la salida de los mismos, producto de la reducción de la sección del cauce”, explican. 

Se trata del paso Las Hortensias, donde el flujo del río se dividió en dos, el puente de calle Las Acacias y el ubicado sobre la Ruta Provincial Nº 4.

“Al encontrarse con estas obras, se produjo la socavación de los márgenes y el arrastre de material por fuera del curso natural”, señalaron los autores del informe y, además, remarcó la falta de mantenimiento de las defensas del río como la razón de su propio colapso.

De haberse estudiado el impacto de estas obras viales podría haberse evitado el trágico final tras las importantes precipitaciones en inmediaciones del cerro El Manchao que produjeron una crecida extraordinaria del río y el consecuente aluvión que afectó a ambas poblaciones.

Estos factores se sumaron a que ninguna de las localidades cuenta con un sistema de alarmas, conocimiento y capacitación de la población.

Pero no solo eso, según advirtió el presidente del Colegio de Geólogos de Catamarca, Alfredo Marchioli, existían estudios previos que alertaban sobre la vulnerabilidad de la situación: “Hay ciertos documentos […] y recomiendan una serie de medidas. Hay un informe del ‘92 realizado por el CFI, hay un informe de unos colegas de la Universidad de Córdoba en el año 2000 y después hay otro informe presentado por el Instituto Nacional del Agua en agosto del 2012, a éste último no lo he visto citarse en ningún medio, decía que era urgente la instalación de alarmas”.

Recomendaciones

El informe advierte que existe una alta potencialidad de nuevas crecidas, por lo que es necesaria la rápida implementación de medidas, entre las que aguas arriba del canal de La Hostería, un programa de sistematización del lecho ordinario que consistente en limpieza de cauce, diques de retención y construcción de defensas. Finalmente, se propuso la instalación de un sistema de alertas y prevención de riesgo hídrico.

Los autores del documento fueron los licenciados Alfredo Marchioli, Gustavo Báez, Luis Segura, Silvia Watkins, Gabriela Luna Tula, Héctor Olima y Lorenzo Parra. El presidente del Colegio de Geólogos de Catamarca, Alfredo Marchioli, entregó el diagnóstico en mano al vicegobernador Dalmacio Mera. “Lo hicimos en el convencimiento de que, desde el entendimiento y comprensión del origen y dinámica de los procesos naturales, se contribuirá a definir las medidas necesarias para prevenir y/o mitigar las lamentables consecuencias destructivas de estos procesos sobre las localidades sujetas a estudio”, dijo y pidió que se aborden las medidas para que la principal villa turística de la provincia siga funcionando en plenitud.