Resumen del sur

En la Explanada de las Mezquitas

Segundo día de choques entre la policía israelí y palestinos

La Policía israelí entró hoy por segundo día consecutivo a la sagrada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y volvió a reprimir a decenas de jóvenes palestinos.

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La Policía israelí entró hoy por segundo día consecutivo a la sagrada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y volvió a reprimir a decenas de jóvenes palestinos, desatando una inusual advertencia de Jordania justo cuando Israel celebra el Año Nuevo judío.

Al igual que ayer, la policía dijo que debió ingresar en el complejo ante información de inteligencia de que palestinos se preparaban para causar “desórdenes”, en alusión al hostigamiento de judíos que, con motivo de su Año Nuevo, visitan ese lugar, también sagrado para los musulmanes, en número mayor al habitual.

En ese contexto, indicó un comunicado de una portavoz policial israelí, musulmanes comenzaron a arrojar piedras contra los agentes, que posteriormente entraron al recinto y detuvieron a cinco jóvenes que trataron de buscar refugio en la mezquita de Al Aqsa, tercera en la jerarquía islámica.

Los efectivos antidisturbios dispararon granadas de estruendo y balas recubiertas de caucho que hirieron al menos a un palestino, informó la agencia de noticias palestina Maan.
Además, cuatro personas fueron arrestadas por atacar a un joven judío viandante, con lo que en total ascendían a nueve detenidos en el operativo policial desplegado esta mañana en la ciudadela antigua de Jerusalén, en el territorio ocupado por Israel en 1967.

La nueva escaramuza se acompañó hoy de una advertencia de Jordania, que custodia los lugares santos musulmanes en Jerusalén Este y que, junto con Egipto, es uno de los dos únicos países árabes que firmaron un acuerdo de paz y reconocen al Estado de Israel.

“Cualquier nueva provocación en Jerusalén afectará las relaciones entre Jordania e Israel (…) Jordania no tendrá más remedio que tomar medidas, lamentablemente”, advirtió el rey ante periodistas en Ammán tras una entrevista con el primer ministro británico, David Cameron.

En noviembre pasado, Jordania llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv en protesta por unos disturbios similares, y no reenvió al diplomático hasta tres meses después.

Ayer, a horas del comienzo del Rosh Hashaná (Año nuevo judío), policías antidisturbios israelíes irrumpieron en la Explanada de las Mezquita, que los judíos llaman Monte del Templo, y desataron la ira de un grupo de palestinos, que fueron reprimidos con un saldo final de más de 100 heridos.

Israel conquistó Jerusalén Este durante la guerra de los Seis Días de 1967 y más tarde lo anexionó a su territorio, una medida jamás reconocida por la comunidad internacional.

Aunque se permite a los no musulmanes visitar la Explanada, los judíos tienen prohibido rezar o desplegar símbolos nacionales, una medida para evitar causar tensiones con los musulmanes.

Luego de la crisis del año pasado con Jordania, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que se respetaría el status quo en este lugar sensible, pero los palestinos desconfían, una muestra de la profunda división entre las partes.

La Policía israelí informó asimismo que 500 visitantes entraron hoy en el recinto, donde según los judíos se emplazaba el antiguo templos bíblicos de Jerusalén.

Además de su significado religioso para los musulmanes y los judíos, la Explanda de la Mezquita es un símbolo sensible dentro de la historia sangrienta del conflicto entre Israel y Palestina.

Para la mayoría de los palestinos, la decisión en el año 2000 del entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, de entrar a la Explanada de las Mezquitas fue el acto que desató el levantamiento armado en los territorios ocupados conocido como la Segunda Intifada.

Este levantamiento desató una ola de represión masiva de las fuerzas ocupantes sobre la población palestina y una serie de atentados suicidas contra civiles israelíes.

Más de 1.000 israelíes fallecieron, mientras los muertos palestinos superaron ampliamente los 4.000.

Fue uno de los períodos más violentos del conflicto y las heridas siguen hoy muy frescas.

Los hechos en los que devino ayer el ingreso de policías israelíes a la explanada recibieron duras condenas del presidente palestino, Mahmud Abbas y de Egipto, así como expresiones de preocupación y llamados a la calma de la ONU.

Abbas condenó con vehemencia la represión y la irrupción en la explanada y a través de su vocero, Nabil Abu Rudaina, manifestó que Jerusalén este y todos los lugares santos musulmanes y cristianos son una “línea roja que no debe ser traspasada”.