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Advierten la necesidad de declarar la emergencia ambiental en Córdoba

Es para poder atender los "graves problemas" de los desbordes cloacales en la vía pública y el "crecimiento constante de los basurales a cielo abierto" en los barrios, advirtió el concejal Esteban Dómina.

«El desarrollismo inmobiliario desaforado y el crecimiento constante de una ciudad que no ha tenido las previsiones de las gestiones municipales, hace que la calidad ambiental de la ciudad esté hoy muy por debajo de los estándares internacionales», tal como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo a Télam el concejal juecista. La capital de Córdoba tiene una población de 1.400.000 habitantes, de los cuales menos de la mitad no cuenta con el servicio de cloacas, y la otra parte que sí lo tiene «padece los graves problemas porque la infraestructura está colapsada, lo que hace que las cloacas colapsen y generen un enorme estado de insalubridad» para la población, advritió. Dómina graficó que los desbordes cloacales en la zona centro y alrededores, sumado al olor nauseabundo inevitable que eso genera «se ha convertido en algo habitual para quienes viven y transitan por la ciudad de Córdoba», y que en los barrios que no tienen cloacas la situación es similar por los desbordes de los pozos negros. La Planta Depuradora de Bajo Grande, la que procesa todos los líquidos cloacales y luego los libera al cauce el río Suquía, «está al límite de la saturación por su deficiente funcionamiento, lo que hace que habitualmente libere líquidos cloacales crudos, sin procesar, a las aguas del río Suquía, lo que crea un grave problema de contaminación aguas abajo», denunció. Otro de los aspectos que plantea Dómina como «preocupante» y que fundamenta la necesidad de declarar la «Emergencia Ambiental» es lo referido a la recolección, tratamiento y disposición final de la basura, al igual que los «más de 150 basurales a cielo abierto que funcionan en espacios, públicos y privados, de los barrios de la ciudad que se convierten en focos infecciosos de riesgo para el ambiente y la salud humana». Dómina adelantó que cuando comience el período de sesiones del Concejo Deliberante de este año reflotará su iniciativa para que en el recinto se trate la necesidad de declarar la «Emergencia Ambiental», respaldándose en un acabado informe que oportunamente realizó junto a su equipo técnico de trabajo. La capital cordobesa genera un «volumen enorme» de basura, de alrededor de 1.400 toneladas diarias que «no se separa, no se trata ni se recicla» actualmente, es decir que en ese aspecto «estamos teniendo una regresión desde que se terciarizó» el servicio domiciliario, consideró el concejal Dómina. También mencionó que en el vertedero de basura anterior, ubicado en las cercanías de la localidad de Bouwer y que se denomina `Potrero del Estado`, tiene bajo tierra 12 millones de toneladas de basura, mientras que el vertedero actual de `Piedras Blancas`, sobre la ruta 36 a la altura de Despeñaderos, ya tiene dos millones de basura acumulada y ese sitio tiene graves problemas legales con los propietarios. «Lo que hace Córdoba con sus residuos urbanos es primitivo, apela a la solución más antigua, que es juntarlo y enterrarlos, en lugar de recurrir a las modernas tendencias de tratamiento de reciclado», observó el concejal juecista. En cuanto a los microbasurales barriales, denominados a cielo abierto, dijo que «cada vez son mas y no hay planes en la actual gestión municipal para erradicarlos». «Hay muchos lugares considerados de excelencia ambiental que están contaminados por la inacción municipal, tanto en inversiones, como en políticas educativas tendientes a generar cultura en los cuidados de la utilización de los espacios públicos», dijo al referirse a los baldíos y calles que utilizan los vecinos para tirar residuos y que terminan convirtiéndose en «grandes y permanentes basurales». En este sentido, mencionó casos puntuales de espacios públicos convertidos en basurales como el Parque de la Vida, los canales que forman parte del curso de La Cañada, la avenida Circunvalación, Armada Argentina y el canal, lo mismo que en Boticelli y Rímini. «La responsabilidad del Estado municipal en esto es absoluto. No cumple acabadamente en materia de obras. El presupuesto ambiental municipal se destina a gastos improductivos, es decir que el tema ambiental no está en las prioridades de gestión, porque si bien para solucionar todos estos problemas necesita destinar el presupuesto total municipal de todo un año, hay financiamientos nacionales e internacionales, pero para acceder se tiene que gestionar», concluyó. 

Fuente: Telam