La audiencia pública por la rezonificación de la ex Ciudad Deportiva de Boca comenzó hoy su tercera semana de exposiciones, en la que persiste el rechazo casi unánime de los oradores por considerar que el proyecto inmobiliario de IRSA, apoyado por el Gobierno porteño, tendrá un «impacto ambiental negativo».
«Implica un impacto ambiental negativo y un riesgo para la flora y la fauna de la Reserva Ecológica», afirmó Teresa Vernino y advirtió que «no hay un estudio de impacto ambiental sobre lo que ocurrirá con el escurrimiento de las aguas superficiales y subsuperficiales y el consecuente riesgo de inundaciones».
«Costa Urbana» es un proyecto inmobiliario de la empresa IRSA, que propone construir un nuevo barrio con 6.000 viviendas, comercios, hoteles y amarradero de yates en la ex Ciudad Deportiva de Boca, un predio de 71 hectáreas en la costa del Río de la Plata, con ecosistema de humedal.
Una de las funciones ecológicas de los humedales es la de proteger las zonas en las que se encuentran del impacto de las inundaciones. Funcionan como si fueran grandes esponjas que absorben el exceso de agua y, a su vez, mitigan el efecto isla de calor que se produce en las grandes ciudades como Buenos Aires.
Alberto Keitelman, otro orador, recordó que la Reserva Ecológica Costanera Sur, lindera a la ex Ciudad Deportiva, es un sitio protegido por la Convención Ramsar, un acuerdo internacional para proteger los humedales por su importancia ecológica global.
«Se ignora el carácter de humedal de la Reserva Ecológica, que progresivamente va uniéndose con el barrio Rodrigo Bueno y que ha sido declarada sitio Ramsar. Esto hace que deba protegerse la zona aledaña, es decir la ex Ciudad Deportiva».
El barrio popular Rodrigo Bueno está ubicado entre la Reserva Ecológica y la ex Ciudad Deportiva, y podría resultar directamente afectado por las inundaciones que generará la construcción de «Costa Urbana».
«Rechazo este proyecto por desatender los efectos del cambio climático», agregó Keitelman.
Luego, Paula Alfieri, otra oradora, afirmó: «Los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires necesitamos recuperar las costas para disfrute y uso público».
«Este proyecto atenta contra los tratados internacionales que buscan impedir el aumento de las temperaturas; las torres son una fuente de acumulación de calor; estas construcciones, además de destrozar un humedal, impedirán la entrada de aire fresco desde la costa hacia el interior de la ciudad», remarcó.
El proyecto de IRSA prevé la construcción de edificios de hasta 45 pisos, es decir 145 metros de altura.
En la audiencia, convocada por la Legislatura porteña para que la ciudadanía opine sobre el emprendimiento inmobiliario «Costa Urbana», se inscribieron 2.593 habitantes de la Capital Federal, y continuará hasta el 9 noviembre próximo.
Durante las dos primeras semanas, hablaron más de 560 personas, de las cuales solo 9 defendieron el proyecto de IRSA, según el relevamiento de la coordinadora Costanera Verde Pública.