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La declaración de Burzaco se centró en el rol de la Metropolitana

La declaración de Eugenio Burzaco, jefe de la PM, se centró en el papel que tiene la fuerza de seguridad, dejando prácticamente de lado la cuestión de las escuchas ilegales.

La oposición acusa a la Metropolitana de excederse en sus funciones y de realizar compras previendo tareas que no deben realizar.

 El PRO y el jefe policial defendieron las acciones amparándose, justamente, en la prevención.

 Burzaco habló de armas, de chalecos y blindaje para vehículos, siempre limitando sus respuestas a la profundidad del conocimiento que posee sobre los distintos temas.

Cuando el uso del “no lo sé” y el “desconozco” se volvió demasiado habitual, incluso se le hizo notar cómo podía ser que la semana pasada estuviese dispuesto a declarar por sus subordinados si no contaba con total conocimientos de temas relativos al desempeño de la Metropolitana.

Las interrogaciones del legislador  Kravetz sobre partidas de armas fallidas, por roturas en el cargador y otra en las cachas, motivaron la reacción del testigo. “No voy a mandar ningún policía a la calle con un arma que no funciona”, aseguró.

Respuestas similares estuvieron dirigidas a explicar los problemas registrados en los contratos que suministraron los chalecos para los efectivos y el blindaje para los vehículos. Kravetz cuestionó los gastos en estas áreas, particularmente en cuanto al blindaje, y criticó el que se volviera a trabajar con una empresa que entregó una partida de chalecos defectuosos. Burzaco aclaró que” sugerir qué empresas contratar no está dentro de sus competencias”.

El diputado Eduardo Epszteyn (Diálogo por Buenos Aires) aprovechó su tiempo de preguntas para retrotraerse a testimonios que pasaron previamente por la Comisión como el subsecretario de Administración de la Policía Metropolitana, Ignacio Grecco, y Alejandro Parodi, comisionado general del área de Investigaciones de la fuerza. De este último tomó la aseveración de que cuando ingresó a trabajar a la PM no había material sobre el que trabajar, y cuestionó el destino de los materiales proporcionados por “un servicio que debía aportar materia bruta para el mapa del delito”.

Epszteyn también pidió mayores detalles sobre la cantidad de efectivos que actualmente salen a la calle, para luego denunciar que la nómina que se le había entregado no se correspondía con las cifras aportadas por el testigo.

Aclarada la cifra completa (unos 1.000 uniformados a partir del ingreso de los nuevos cadetes), la discusión se cerró sobre el rol de la jefatura policial en la asignación de los pagos extra como el riesgo profesional o función jerárquica. El diputado aseguró que Grecco había alegado que la PM era la que decidía quién recibiría los extras, mientras que Burzaco contestó que sólo indican qué funciones cumple cada agente.

Tanto  Epszteyn como Kravetz cuestionaron que la policía hubiera comprado elementos previendo un futuro traspaso de competencias por parte de la Policía Federal y pedidos de la Justicia para participar en investigaciones puntuales.

A lo que respondió Burzaco:“La ley dice claramente que somos auxiliares de la Justicia local, federal, nacional y la de las provincias”, argumentó Burzaco, quién rápidamente recibió respuesta por parte de Kravetz, quien calificó de “ridículo” el hacer “compras para el hipotético caso que un juez requiera una investigación”. Epszteyn también se sumó al debate: “Ustedes están preparando una policía que haga inteligencia criminal, esta Legislatura les dijo que la policía tenía que estar para otra cosa”. “Nosotros hacemos lo que dice la ley que votaron ustedes”.

Finalizada la declaración, el mismo Burzaco  consideró  que le fueron hechas “muchas más preguntas sobre compras y contrataciones que sobre las escuchas ilegales que es para lo que se creo la comisión».