Federal

Neuquén

Investigan complicidad de policías con narcos y delincuentes en la zona sur de la capital neuquina

Es una causa por narcotráfico que está en manos de la Justicia Federal. Efectivos liberaban la zona y advertían sobre allanamientos a cambio de favores sexuales y droga.

La connivencia y complicidad de policías con las bandas del Oeste va más allá de las sospechas. La Justicia Federal tiene una causa de narcotráfico, derivada por la Justicia neuquina, en la que se investiga a policías que liberaban zona y advertían de allanamientos a cambio de droga y favores sexuales.

En esta zona olvidada de la ciudad el temor a las bandas y grupos hace que los vecinos se recluyan en el silencio aunque cada tanto se escuchan voces sueltas reclamando mayor presencia del Estado pero siempre bajo absoluta reserva porque el miedo se impone.

 

De convivencia y connivencia

En ese mismo Oeste viven cientos de policías que conviven en las barriadas y tomas con los delincuentes. “Es totalmente difícil para el policía vivir ahí y seguramente está haciendo todo lo posible por irse del barrio porque así como lo estigmatizan a él también lo separan los compañeritos al hijo en la escuela”, explicó el jefe de la Policía Raúl Laserna.

Pero la cercanía entre policías y delincuentes por domicilio o área laboral también invita a la connivencia. “En esos contextos existe el riesgo que el policía tenga cierta connivencia con los delincuentes pero también lo puede hacer otro que viva en la otra punta de Neuquén”, aclaró el titular de la fuerza.

Lo interesante será explicarles a los expertos del FBI que vendrán a capacitar a fiscales y policías esta dinámica, es decir que los uniformados residen en las mismas barriadas y tomas que los delincuentes y narcos.

La investigación

Los análisis sociológicos se derrumban al igual que las sospechas cuando surgen datos contundentes que obligan a revisar e investigar el accionar de aquellos uniformados que respectivamente están para hacer prevención y proteger a la sociedad.

En el segundo trimestre del año pasado el dato concreto apareció para romper con todo aquello que se dice en los barrios respecto de la complicidad de la Policía con las bandas.

En el antiguo sistema procesal había fiscalías que investigaban. Fue el equipo fiscal 6 el que tomó la posta de indagar sobre el accionar de las bandas.

En conjunto con personal del área de Delitos se hicieron minuciosas tareas de inteligencia en el sector de Cuenca XV y toma 7 de Mayo y aledañas.

Dichas tareas no fueron dadas a conocer a la Comisaría 18, que está a cargo de la jurisdicción y esa fue una decisión acertada por parte de los investigadores.

Días de trabajo tratando de pasar inadvertidos en un sector donde todos se conocen terminó rindiendo frutos.

Una persona del entorno de una de las bandas que maneja pibes para robar y distribuir drogas accedió a transformarse en testigo protegido, figura que parece responder más a una película hollywoodense que a la desértica realidad del Oeste.

 

Los detalles

El testigo, que estuvo tres meses bajo resguardo, aportó datos sumamente valiosos a los investigadores respecto del accionar de la banda: integrantes, modo de reclutamiento de los menores manipulados, tareas, forma de distribución de la droga y el ardid que utilizaban para esconder las armas además de apretar a vecinos a los que le obligaban a ocultarlas.

Entre los detalles surgió la connivencia con la Policía. “Reveló cómo personal de la Comisaría 18 liberaba zona y avisaba de allanamientos a cambio de droga o favores sexuales”, confió una fuente de la investigación.

“La banda tenía una chica que se encargaba de hacerles un pete (sexo oral) a los canas para que estos no jodieran”, detalló el informante. En paralelo una fuente judicial reconoció esta situación. “Yo prefiero pagarles el pete a los policías para que no hagan esto”, manifestó indignado.

 

El turno de la Justicia Federal

Una vez que sumaron la información que necesitaban, el testigo protegido fue retirado de la ciudad y su actual lugar de residencia no será develado por temor a represalias.

Comprobado por la fiscalía y la Policía que se trataba de una causa de narcotráfico, debieron darle intervención a la Justicia Federal por una cuestión de competencia.

  Todo el expediente fue derivado a una de las fiscalías Federales desde donde, bajo reserva, han reconocido no poder avanzar demasiado ya que hay complicidades con la Policía neuquina por lo que se aguarda la designación de una fuerza de seguridad nacional, que tampoco será la Policía Federal, para poder investigar el accionar de esta banda.