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Líder rebelde: «Hay evitar una crisis como la de Argentina en 2001″

Sereno, convencido y con una mirada intensa que incomoda, el máximo líder de la separatista República Popular de Donetsk explicó a Télam que "la mejor opción es ser parte de una potencia económica como Rusia" y aseguró que intentan "evitar una crisis como la de Argentina en 2001".

La oficina del presidente del Soviet Supremo (consejo ejecutivo), Denis Pushilin no tiene nada que ver con el resto de la sede del gobierno provincial de Donetsk, tomado por milicias separatistas hace más de un mes y medio. En el onceavo piso el aire acondionado ofrece un respiro, todo está limpio y ordenado, y el único símbolo político es la bandera de la nueva república pegada en la pared detrás suyo. «En este momento no hay posibilidad de negociar con Kiev porque hacerlo sería faltarle el respeto a todos aquellos que murieron», explicó Pushilin, e hizo referencia al incendio en la ciudad de Odesa, en el sur, en donde 46 simpatizantes pro rusos fallecieron a principio de este mes. Pese a las denuncias de que grupos de extrema derecha vinculados con el gobierno interino nacional estuvieron involucrados, Kiev no inició una investigación. A sólo horas del comienzo de las elecciones presidenciales ucranianas, Pushilin no adelantó cuál será la posición que adopte su gobierno frente a los resultados. «No puedo decir aún si reconoceremos al próximo presidente, es muy pronto. Pero sí estoy seguro de que ellos (las autoridades nacionales) no nos reconocerán a nosotros», señaló y evitó criticar la decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, de aceptar los resultados electorales de mañana. Sin mover un músculo de la cara, el líder separatista de 32 años fue contundente al prometer que mañana nadie podrá votar en la provincia de Donetsk. «No va a ser seguro y además, todos los centros de votación estarán cerrados», anticipó. «Lo de mañana no es una elección, es una provocación», agregó.  Pese a que definió la región como «un territorio ocupado» por las fuerzas ucranianas, sostuvo que sus hombres controlan los lugares más importantes de la provincia. «No estamos preocupados», dijo, con una leve sonrisa. Enfundado en un impecable traje gris opaco, negó nuevamente que hayan miembros de las fuerzas especiales rusos en la provincia y sostuvo que sus propios milicianos no están bien entrenados, como denuncian medios occidentales y ucranianos. Pushilin es muy cauteloso al hablar de Rusia. La relación con Moscú es central para los gobiernos separatistas en Donetsk y en la vecina provincia de Lugansk. Ambas regiones comparten una importante frontera con Rusia y ambos gobiernos separatistas pidieron ingresar a la Federación Rusa ni bien declararon la independencia este mes. Sin embargo, Moscú no respondió a su pedido. «No somos Crimea», reconoció, recordando la rápida anexión de la península ubicada al sur, sobre el Mar Negro, en marzo pasado. Pushilin informó que ayer enviaron un nuevo pedido formal de reconocimiento al Parlamento ruso, pero esta vez para que reconozcan al Estado de Nueva Rusia, la entidad regional que crearon hoy las separatistas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. – ¿Qué sucede si Rusia no responde o responde negativamente?, preguntó esta agencia. – Creemos que la respuesta será positiva. Pero de todas maneras, vamos a tener que negociar, seguro. Queremos ingresar a Rusia, ingresar a su fuerte economía. Necesitamos desarrollar nuestro sector económico. Pushilin no esbozó un «plan B», pero de inmediato comenzó a presentar cifras que demostrarían que Nueva Rusia puede ser un Estado independiente viable. Como muchos políticos y ciudadanos ucranianos, el líder separatista culpó a la corrupción por la profunda crisis económica que sufre el país, y especialmente esa empobrecida región minera e industrial en el Este. Sin embargo, también prometió «nacionalizar las principales ramas de la industria local» porque, sostuvo, «las privatizaciones de los años 90 se hicieron mal, con mentiras y corrupción». Las principales fábricas de la región pertenecen al hombre más rico del país, el oligarca Rinat Akhmetov, quien recientemente se declaró partidario de una Ucrania unida. «Además -agregó el joven dirigente- estamos preocupados por los pequeños negocios en las ciudades y los pueblos. Hasta ahora hemos intentado no romper los lazos económicos de estos lugares con Ucrania. Recordamos la crisis económica en Argentina en 2001 y queremos evitar que algo así de grave suceda». Antes de terminar la entrevista, el separatista adelantó que en los próximos días tendrán que tomar decisiones económicas determinantes. Eso sí, volvió a a aclarar, «la mejor opción es ser parte de Rusia».

Fuente: Telam