Por el aumento de la tarifa, por el conflicto por el traspaso que provocó varias huelgas este año y por el servicio mismo, miles de usuarios cambiaron su medio de transporte y se inclinaron por el colectivo.
Los pasajeros se volcaron a este transporte que mantuvo sus tarifas congeladas siempre que se pague con la tarjeta Sube ($1,10, $1,20 y $1,25), aunque con monedas hubo aumento (a $2). El uso de colectivos subió un 6,8%.
La tragedia de Once y los sucesivos descarrilamientos en varias líneas de tren también provocaron una “migración” de pasajeros del tren al colectivo: el primer semestre tiene una caída del 10% en los usuarios.