Ciudad

La causa de escuchas ilegales que salpican al gobierno de la Ciudad

Narodowski justificó su vínculo con Ciro James: “Lo contraté como abogado, no como espía”

El ex ministro de Educación porteño, citado a ampliar su indagatoria, reconoció el centenar de llamadas entre el espía y líneas telefónicas de su oficina, pero acotó que se referían a cuestiones relacionadas con el contrato laboral.

"Lo contraté como abogado, no como espía", remarcó Narodowski ante los periodistas al término de la audiencia en la que fue asistido por su defensor, el letrado Carlos Beraldi.

Narodowski, quien debió ampliar su declaración indagatoria en el cuarto piso de los tribunales federales de Retiro, para explicar algo más de medio centenar de llamadas entre teléfonos de James y otros asignados a la cartera que tenía a cargo, reconoció las comunicaciones entre esas líneas y hasta que pudo haber atendido alguna, pero acotó que se referían a cuestiones relacionadas con el contrato laboral.

James, al igual que el ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios, cumple prisión preventiva dictada por el juez federal Oyarbide, a cargo de la causa, mientras que el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, está procesado pero en libertad.

«Son celulares que manejaba yo» pero James «no me reportaba a mí», dijo el ex funcionario ante los periodistas, al término de la audiencia en la que tuvo que ampliar su declaración indagatoria ante Oyarbide para explicar el motivo y tenor de los llamados.

«No existe punto de contacto entre mi actuación como ministro de Educación del Gobierno de la Ciudad y el aparato de inteligencia clandestino que se habría intentado construir en un área de gobierno que nada tiene que ver con la educación», aseguró Narodowski en el escrito presentado hoy ante el juez.

En el escrito -al que se remitió varias veces en la audiencia, que duró media hora- Narodowski expuso que las llamadas entre los dos teléfonos celulares que utilizaba James y los dos que tenían al gobierno local y a él como usuarios, pudieron haber servido para «canalizar las comunicaciones que demanda el ejercicio de las tareas encomendadas».

El imputado consignó que los teléfonos que el Ministerio de Educación tenía asignados para «mantener abierta más vías de acceso con la gente que quería comunicarse ya sea conmigo o con el círculo que me rodeaba en el equipo de trabajo» en la cartera «sigue operando aún hoy para los funcionarios de la actual gestión».

Narodowski acotó que de los celulares que figuraban a su nombre (1550023261) y del gobierno local (1140290734) hubo durante el período investigado (2008-2009) salieron «más 28.000 llamadas», por lo que «la magnitud de las comunicaciones tornaba imposible para un ministro de educación atenderlas o responderlas por sí mismo».

En su escrito, el ex funcionario agregó que, por tal razón, «dejaba que los teléfonos celulares fueran manejados por el personal de secretaría que me asistía (Rafael Reboledo y Luján Báez)», quienes, luego «me informaban las novedades».

Sobre las llamadas por las que fue citado a ampliar indagatoria, Narodowski expuso casi la mitad de las comunicaciones se registraron entre el 8 de febrero y el 3 de marzo de 2008.

«No recuerdo haber atendido o respondido en forma personal la gran mayoría de las mismas», pero «me consta que se intercambiaron a partir de la presentación de James como un abogado de la Universidad de La Matanza que quería ser contratado como asesor en el Ministerio de Educación».

El imputado sostuvo que, como ambos teléfonos «estaban destinados en la mayor parte del tiempo para atender asuntos propios» de su cargo oficial «su número estaba al alcance de una cantidad indeterminada de personas que necesariamente no debían tener conmigo una relación de amistad o siquiera proximidad».

Narodowski acotó que en el sumario por las «escuchas» ilegales ya había declarado en tres ocasiones y lamentó que en ninguna de ellas se le haya preguntado sobre las comunicaciones entre los teléfonos de James y los del ministerio -que figuran en la causa desde el inició de la causa-, lo que a su criterio afectó su derecho de defensa.

Con respecto a James, indicó «se trataba de un abogado que trabajaba para la Universidad de La Matanza» y que «reunía condiciones más que suficientes para desempeñar la tarea para la cual había sido contratado» en el ministerio.