Internacionales

Editorial del New York Times. Traducción de Ana Vallorani

Obama y la huelga de hambre en Guantánamo

El presidente Obama dijo muchas cosas importantes el martes acerca de la prisión en la Bahía de Guantánamo, Cuba: que es una mancha en la reputación de la nación, que se burla de las normas estadounidenses de justicia al mantener a las personas encarceladas sin cargos, que ha dificultado efectivamente el enjuiciamiento y encarcelamiento de terroristas peligrosos.

Obama y su postura inconclusa sobre la prisión de Guantánamo.

 

Aunque Guantánamo les parecía justificado a algunas personas en el período inmediatamente posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001, las justificaciones se están agotando. Es insostenible y debe cerrarse.

Nos complace que el señor Obama se comprometiera a reparar, finalmente, en su promesa de hacer precisamente eso. Pero esta reacción se vio atenuada por el hecho de que él no ha podido hacerlo durante cinco años y que no ha adoptado medidas dentro de su poder ejecutivo para trasladar a los presos que desde hace mucho tiempo están absueltos para su liberación. Los planes de Obama de tratar de hablar con el Congreso en pos de eliminar obstáculos para el cierre de la prisión no reflejan la urgencia de la crisis que está enfrentando.

Como informó Charlie Savage el martes por la mañana, 100 de los 166 presos de Guantánamo están participando de una huelga de hambre contra las condiciones y el tiempo indefinido de su detención. Veintiuno han sido alimentados a la fuerza, lo que consiste en la inserción de un tubo por la nariz y en la garganta.

Obama defendió la práctica. «No quiero que estas personas mueran», dijo.

La mayoría de la gente no quiere. Pero un informe bipartito recientemente publicado por el Proyecto Constitución (Constitution Project) sobre el tratamiento de los detenidos dice que «la alimentación forzada de los detenidos es una forma de abuso y debe terminar.» La Asociación Médica Mundial siempre ha considerado la alimentación forzada como una violación de la ética de los médicos cuando se hace frente a voluntad expresa de una persona competente, un punto que fue reforzado el 25 de abril por el Dr. Jeremy Lázaro, presidente de la Asociación Médica de Estados Unidos, en una carta al secretario de Defensa, Chuck Hagel.

No hay indicios de que los internos alimentados a la fuerza estuvieran inconscientes o incapaces de tomar decisiones. Y casi todos los reclusos de Guantánamo no han sido acusados ​​de ningún delito y nunca lo serán. Cerca de noventa han sido absueltos, y otro grupo grande no puede ser juzgado por haber sido torturado o porque no hay pruebas de su implicación en un ataque en particular. Sólo seis se enfrentan a cargos activos ante un tribunal militar.

Obama fue consultado sobre la huelga de hambre en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. «Creo que es fundamental», dijo, «para nosotros entender que Guantánamo no es necesario para mantener seguro a los Estados Unidos. Es caro. Es ineficiente. Nos perjudica en términos de nuestra posición internacional. Disminuye la cooperación con nuestros aliados en los esfuerzos antiterroristas. Se trata de una herramienta de reclutamiento para los extremistas.»

Obama dijo que la detención permanente sin juicio es «contraria a lo que somos. Es contraria a nuestros intereses.»

Obama dijo correctamente que el Congreso aprobó leyes maliciosas que restringen el uso del dinero federal para transferir a los detenidos de Guantánamo a otros países e impiden su envío para que sean juzgados en tribunales federales, que, a diferencia de los tribunales militares son competentes para hacerlo.

Pero esas leyes obtuvieron impulso político por el mal manejo de la administración Obama en su intento de llevar a Khalid Shaikh Mohammed, el cerebro del 9/11, ante un tribunal federal. Y, desde entonces, Obama ha aprobado una expansión peligrosa de la detención militar a sospechosos de terrorismo.

Si está hablando en serio acerca de cómo avanzar hacia el cierre, hay dos medidas propuestas por la Unión Americana de Libertades Civiles que podrían echar a rodar la pelota. Podría nombrar a un funcionario de alto nivel «para que la política de cierre de Guantánamo sea dirigida por la administración de la Casa Blanca y no por burócratas del Pentágono», según dijo la ACLU, y podría ordenar al Sr. Hagel que empezara a ofrecer exenciones legalmente requeridas para transferir a los detenidos que han sido absueltos. La senadora Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, ha instado a Obama a revisar urgentemente la situación de los presos; una cuestión primordial para los huelguistas de hambre.

La huelga de hambre es un acto de desesperación debido a las políticas que hasta el mismo Obama dice que son indefendibles. Es su responsabilidad tratar con esto; y cerrar la prisión…

 

Fuente: The New York Times, EE.UU.