Así como en los albores de la democracia descubrió que había un sector progresista que estaba dispuesto a poner plata para desarrollar Página 12 o financiar sus programas “contestatarios” en pleno menemismo, hoy está feliz con la cuantiosa paga que el Grupo Clarín aporta para que sea su principal operador en campañas sucias y otras yerbas.

Se hace necesario separar la paja del trigo. Si existió lavado de dinero, si esto involucra a Lázaro Báez y o cualquier otra persona es la Justicia y la AFIP la que debe desarrollar la investigación correspondiente y aplicar las sanciones que correspondan. Pero tampoco se puede pecar de ingenuo.

Jorge Lanata sabe como preparar una ensalada que sea funcional a sus nuevos proveedores y para ello, no tiene límites. Está dispuesto a borrar con el codo esa vieja aureola de progre que supo construir mientras el progresismo le pagaba.

Meter en una denuncia, por ahora mediática, a maridos de vedettes más o menos conocidas le garantiza presencia en un horario de la televisión donde estos temas no se tratan.

Ayer en la franja de la tarde, horario dirigido a un público que está en su casa viendo televisión a esa hora, todos los programas de chimentos hablaban desde la salud de Juan Carlos Calabró afectada por las denuncias contra el marido de Ileana o a la reacción de Karina Jelinek frente a la filmación donde su marido contaba supuestos lavados de dinero.

Es significativo ver que cuando los programas de chimentos cedieron el espacio televisivo a otro tipo de programas, fue el turno de las Carrió, los opinólogos del Grupo Clarín etc.

Una batería de personajes que infiere sin pruebas ni seriedad que se trataba de la más clara demostración de la “corrupción” del gobierno.

Toda la banda de periodistas, Majul incluido, que cobran de Clarín infieren reuniones secretas, amenazas a la vida de supuestos testaferros y tiraban irresponsablemente nombres de funcionarios o de personas que por haber fallecido no están en condiciones de defenderse.

El jueves la oposición, ahora desmesuradamente, organiza una marcha contra el Gobierno. Lo hace en defensa de una supuesta agresión del Gobierno a la Justicia.

También, aunque no lo diga por ahora, la hace a la búsqueda del Capriles argentino. Una vez más Lanata aporta show a la convocatoria.

Que quede claro, la posición de este Director es que la Justicia es la que debe investigar y si hay delito aplicar las sanciones que corresponde.

Mientras tanto esto no es más que una reacción, similar a los exabruptos de los asambleístas de la Mesa de Enlace, frente a los profundos cambios que viene impulsando el gobierno conducido por Cristina Fernández de Kirchner.

No se bancan ni los quince mil pibes trabajando en la recuperación del desastre de la inundación, ni la reforma del sistema judicial, ni ninguna de las políticas económicas que nos están permitiendo no pagar los platos rotos de la crisis mundial.

La credibilidad de Jorge Lanata se pone en entredicho, cuando nunca se lo vio hacer una investigación sobre las acciones de Papel Prensa o la estafa con las acciones de Clarín compradas por las AFJP a un precio demasiado alto y recompradas por el mismo grupo a un precio vil.

Si Lanata quiere ser “el fiscal de la república” debería investigar también la corrupción de la empresa que paga su sueldo. Claro que sería pedir a Lanata una honestidad intelectual de la que siempre careció.

Insistimos si hubo lavado de dinero, si se violó la ley que sea, la justicia que investigue y sancione.

Para ello, si Lanata o cualquier otro ciudadano tiene pruebas de ese ilícito que presente las pruebas en la justicia para que ella cumpla con su deber.

Por ahora lo único que se ve es el armado de una operación que no es la única.

También La Nación, socia menor en la estafa de Papel Prensa y beneficiaria de una Cautelar que evita que tenga que pagar al fisco lo que debe, arma una operación con Amado Boudou confundiendo intencionadamente a un Secretario Parlamentario del Senado que viene de la gestión Scioli con un secretario privado del vicepresidente.

Este será el clima hasta octubre porque la oposición sabe que no hay 2015 sin 2013 y para ello están dispuestos a todo tal como quedó demostrado en la Asamblea de ruralistas de Santa Fe.

Para ello, para proteger los intereses monopólicos de Clarín o los de la “Patria Sojera” por mencionar sólo algunos de los poderosos que operan, se hace necesario poner a bailar a los monos que se presten.

Lanata es uno de ellos y ya se sabe, por plata baila el mono.