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Alicia Kirchner y Sileoni inauguraron una biblioteca en la Villa 31

La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y su par de Educación, Alberto Sileoni, inauguraron la Biblioteca Popular Néstor Carlos Kirchner en la Villa 31, del barrio de Retiro. La Biblioteca funcionará en el Centro Cultural El Galpón.

Alicia Kirchner y Alberto Sileoni inuguraron biblioteca en la Villa 31 de Retiro.

Con el nombre de «Néstor Carlos Kirchner», la biblioteca fomentará la lectura de los chicos y adultos del barrio desde el centro cultural Música Esperanza, del pianista Miguel Ángel Estrella, que funciona en El Galpón, un gran espacio donde se dan clases y talleres.

Durante toda esta semana, en ese mismo lugar -ubicado en calle 4 y 5- se organizó la Semana de la Universidad en la Villa 31, iniciativa interministerial que acercó las propuestas de las casas de estudio superior a los adolescentes de la Villa 31 que están terminando la secundaria.

«La biblioteca es una avenida más que se abre para la transformación», dijo la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, quien encabezó el acto inaugural junto a su par de Educación, Alberto Sileoni. 

Con más de mil títulos donados por el Ministerio de Educación y la Biblioteca Nacional, el espacio contará con un sistema de administración y consulta digitalizado, acorde con una biblioteca profesional, informaron desde la sala recién pintada y puesta en valor, por un equipo de trabajo interministerial.

«Yo soy una de las que va a venir a la biblioteca», dijo Karen de 15 años, después de entrar a la sala donde se instalaron estantes y repisas con algunos títulos de distintos géneros.

«Tener libros para leer es una oportunidad de no estar tanto en la calle», aseguró la adolescente.

Para Karen, señalar cuál es el libro con que inició su experiencia lectora no fue nada difícil: «Hasta hoy lo tengo y lo cuido. Es ´Dailan Kifki´, de María Elena Walsh; me lo regaló mi mamá cuando tenía cinco años», dijo con marcada emoción.

Carlitos, otro adolescente del barrio, prefirió improvisar con cadencia rapera: «Yo quiero hacer lo que sea por la cultura argentina, esto es Villa 31, es la América Latina, soy del barrio punto com, soy el negro más rapero!».

Durante la inauguración, Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, explicó que «las grandes ciudades surgen en torno a sus escuelas y a sus bibliotecas».

«Al recordar al Padre Mugica y a Néstor Kirchner unidos por un hilo de razonamientos y potencialidades, quiero homenajear a las generaciones enteras de militantes argentinos que pusieron en esta villa su sensibilidad social», afirmó González.

La Biblioteca Nacional financiará la capacitación profesional de las personas que tengan a su cargo la actividad de la biblioteca y de la mapoteca.

Después del acto, Alicia Kirchner reivindicó a la biblioteca popular «como una muestra de que cuando hay un Estado presente la realidad se puede cambiar».

Para la  ministra, «es fruto del trabajo interministerial, de la participación y la organización de los vecinos», en el marco de una política de Estado que ya distribuyó 54.000.000 de libros en todo el país.  

En tanto, el ministro de Educación dijo que «la biblioteca es para toda la comunidad y su nombre nos recuerda a quien decidió invertir en educación tempranamente, no cuando el país empezó a andar bien».

«Este es el aporte que venimos a hacer, recordando también la obra del Padre Mugica en pos de la dignidad recobrada, en pos de la defensa de la Patria. Cuando la Presidenta dice `tenemos Patria` está diciendo que vamos a seguir luchando por una Patria más digna y más justa, con todos adentro», concluyó el ministro.

Habrá una refuncionalización del “galpón”, un reordenamiento del espacio con la finalidad de potenciar la oferta cultural musical, para lo cual ya se cuenta con un excelente equipo de sonido, y se  incrementará la cantidad de profesores e instrumentos.

Para la vecina Marcela Romero, de 38 años, «esta biblioteca es necesaria para los chicos que estudian y a veces no pueden salir a buscar libros o apuntes a la ciudad».

«Por ser villa te sentís apartado. Esto es inclusión; esto me hace sentir que soy parte del lugar donde vivo», dijo Marcela, mamá de tres chicos en edad escolar, que piensa que «sería muy útil que la biblioteca tenga libros que den información».

«Un chico puede leer en cualquier lado sobre educación sexual, por ejemplo, pero si lo lee en un libro, pienso que valora más esa información», concluyó.