Con apoyo externo, dos reclusos se fugaron de una cárcel de la localidad rionegrina de Cipolletti, tras eludir fácilmente los vallados y atravesar el principal portón de acceso a la calle.

Se trata de presos de apellidos Lagos y Henríquez, quienes purgan extensas condenas por homicidio. El último ya se había fugado del Penal 5.

Fuentes policiales informaron que pudieron escaparse ya que no había guardia externa en la entrada de la cárcel local, lo que constituye una falta grave en el sistema de seguridad de la prisión.

Según resumió un agente policial afectado a la búsqueda, en diálogo con lmcipolletti, los reos “salieron por la puerta grande” y, no tuvieron que realizar grandes esfuerzos, ya que una vez que atravesaron los cercos externos, abordaron motocicletas y se alejaron rápidamente de la prisión.

El primer grupo de guardias y policías que salió en su búsqueda los identificó, pero no pudo atraparlos. Sus cómplices en la evasión sí fueron capturados.

El gobernador Alberto Weretilneck afirmó recientemente que las continuas fugas son ‘una deuda pendiente‘ de su gestión.

Clausura en Bariloche

A las recientes fugas, se le sumó la clausura de una celda del Penal 3 de Bariloche dictaminada por el juez de Instrucción, Martín Lozada, luego de que constatara la existencia de una plaga de cucarachas. 

En la sentencia, el magistrado sostuvo que se trata de un “gravísimo incumplimiento estatal” que constituye “un trato cruel, inhumano y degradante” ya que la ex Alcaidía se mantiene superpoblada y continúa impidiendo la rehabilitación de quienes allí se encuentran alojados. 

Si bien el establecimiento permite albergar a 45 personas detenidas, al día de hoy se encuentran allí alojadas 82 personas en condiciones de hacinamiento y extrema precariedad. 

En otra de las celdas el juez halló a cuatro personas encerradas durante las 24 horas del día, con una sola cama a su disposición, así como tres colchones ubicados sobre el suelo, dos de ellos arrollados sobre sí mismos, toda vez que de lo contrario la circulación por el recinto se vuelve imposible. No posee ni siquiera una mesa y una silla, y tampoco lavatorio, y tan sólo cuenta con una canilla adherida a una pared, ubicada a 40 centímetros del piso. Tampoco funciona la mochila de descarga del inodoro y no posee circulación de aire.

Asimismo, el magistrado constató el hacinamiento de cinco internos alojados en condiciones deplorables, inundados por la presencia de cucarachas, lo cual motivó a que dispusiese su clausura y supeditase su reapertura a tareas de fumigación y refacción.

El juez también dispuso la realización de urgentes refacciones en otras dos celdas, las cuales deberán ser llevadas a cabo en el término de siete días corridos, las que consideró indispensables para su habitabilidad.