En una reunión convocada de urgencia, el Senado dio la «luz verde» por unanimidad al empleo de tropas en Crimea en respuesta a una petición del jefe de Estado. Rusia se mete así de lleno en el conflicto pese a las amenazas y advertencias de Estados Unidos y Europa para que no intervenga. «Esta decisión es oportuna e importante, y otorga a nuestro presidente la posibilidad de actuar en el ámbito de la legitimidad para defender los intereses y los derechos de nuestra gente», dijo la presidenta del Senado rusa, Valentina Matvienko. El representante plenipotenciario de Putin ante el Senado para la autorización del uso de las tropas, Grigori Karasin, adelantó que el beneplácito de la Cámara alta a la solicitud del presidente no significa que el derecho adquirido por el jefe del Kremlin se aplique de forma inmediata. Putin había solicitado al Senado autorización para el empleo de las tropas rusas con el fin de normalizar la situación en esta república autónoma ucraniana.
«Debido a la extraordinaria situación en Ucrania, (…) solicito al Consejo de la Federación (Senado) el empleo de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia en territorio de Ucrania hasta la normalización sociopolítica en ese país», señala el documento. Por su parte, las autoridades ucranianas denunciaron la toma masiva de objetivos estratégicos en Crimea por militares rusos, entre muchos otros el aeropuerto de Simferopol, la capital republicana, un puesto de la Guardia de Fronteras en Sebastópol y una base antimisiles de las Fuerzas Aéreas de Ucrania. Agregan que hombres armados con fusiles de asalto rodean el aeropuerto de Simferopol, capital de la república autónoma, a tiempo que efectivos de la Flota del Mar Negro rusa vigilan el puerto marítimo «Crimea-Cáucaso», que conecta por mar el territorio ucraniano con Rusia. Al mismo tiempo, un navío de desembarco ruso, capaz de transportar marines y blindados pesados, entró hoy sin distintivos en el puerto comercial de Feodosia, donde permanece anclado, según medios locales de esa localidad de Crimea. La Guardia de Fronteras de Ucrania declaró que sus navíos salieron a mar abierto en estado de alerta de combate para proteger objetivos militares ucranianos. Por su parte, el ministro de Defensa de Ucrania, Igor Teniuj, precisó que Rusia envió unos 6.000 soldados a la península de Crimea y denunció que se trata de una violación de los acuerdos bilaterales. El ministro también informó que militares rusos bloquean edificios administrativos y unidades militares. A su vez, el primer ministro del gobierno provisional de Ucrania, Arseni Yatseniuk, pidió hoy a Rusia que retire sus tropas del territorio de Crimea y las envíe a sus cuarteles. Poco antes, el recién nombrado primer ministro de Crimea, Serguei Axionov, había pedido a Putin ayuda para restablecer la paz y la tranquilidad en esa región ucraniana con mayoría de población rusoparlante. El pedido de Axionov fue a través de un comunicado en el que anunció su decisión de poner a todas las fuerzas de seguridad de la república autónoma bajo su control personal. «Todos los comandantes deberán obedecer únicamente mis órdenes e instrucciones, y pido a los que no estén de acuerdo que se retiren del servicio», solicitó, según la agencia de noticias Efe. También anunció el adelanto de un referéndum para ampliar la autonomía de esta república ucraniana al 30 de marzo, en vez del 25 de mayo, la fecha que había fijado el Parlamento local. En tanto, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov, anunció que no reconoce la legitimidad de Axionov, nombrado como primer ministro el pasado jueves por el Parlamento local. En un decreto publicado hoy, Turchinov considera que la elección de Axionov se hizo en clara violación de las leyes ucranianas y de la Constitución nacional. La región de Crimea fue entregada a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Kruschev, y en ella viven más de dos millones de personas, de las cuáles casi un 60% son rusos, un 25% ucranianos y un 12% tártaros.
Fuente: Telam