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Rusia empieza a allanar el camino para anexar a Crimea

En abierto desafío a Kiev y EEUU, el Parlamento ruso dijo que Crimea será bienvenida, si la región vota por separarse de Ucrania en un referendo convocado para este mes, mientras decenas de miles de rusos apoyaron en Moscú la reunificación con la península.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo esta semana que aunque Rusia no tenía intención de anexarse Crimea, los crimos tenían derecho a determinar el futuro de la región, que Rusia cedió a Ucrania cuando ésta integraba la Unión Soviética, en 1954.

También hoy, redoblando la presión sobre Kiev y sus aliados europeos, el presidente de la compañía gasística estatal rusa, Gazprom, amenazó con interrumpir el suministro a Ucrania, como ya hizo en 2009, cuando la decisión de Moscú de dejar de enviar gas a su vecino alteró notablemente el bombeo de combustible a Europa. El presidente de la Duma (Cámara de Diputados) de Rusia, Serguei Narishkin, afirmó que los legisladores rusos respaldarán la «opción que toma libre y democráticamente» la población de la república autónoma ucraniana de Crimea. «Respetaremos la opción histórica que haga la población de Crimea», dijo Narishkin, citado por la agencia de noticias EFE,  en una reunión en Moscú con una delegación crimea encabezada por el presidente del legislativo regional, Vladimir Konstantinov. Las autoridades prorrusas de Crimea convocaron ayer a un referendo para el próximo día 16 para consultar a la población si desea unirse a la Federación Rusa o seguir siendo parte de Ucrania. «Si se toma la decisión (de separarse de Ucrania), entonces (Crimea) se convertirá en una parte de la Federación Rusa absolutamente igual a las demás», dijo por su parte la presidenta de la cámara alta del Parlamento ruso, Valentina Matvienko. Crimea, una península donde Rusia tiene anclada su flota del Mar Negro, tiene una población de cerca de dos millones de habitantes, de los cuáles el 60 % son rusos, el 26 % ucranianos y el 12 % tártaros, favorables a mantener la región dentro de Ucrania.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo esta semana que aunque Rusia no tenía intención de anexarse Crimea, los crimos tenían derecho a determinar el futuro de la región, que Rusia cedió a Ucrania cuando ésta integraba la Unión Soviética, en 1954. El gobierno ucraniano dijo que la consulta crimea es «ilegal», en una postura respaldada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Las nuevas autoridades de Ucrania asumieron el mes pasado luego de la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich. La semana pasada denunciaron que Rusia envió miles de soldados a Crimea, lo que calificaron de «invasión y ocupación militar». Hoy, el Servicio de Guardafronteras de Ucrania (SGU) denunció que Moscú ha desplegado ya hasta 30.000 soldados en Crimea. Putin, que no reconoce al nuevo gobierno de Ucrania, negó que haya fuerzas rusas en Crimea y afirmó que los hombres armados que controlan aeropuertos y las principales bases militares son brigadas populares locales. En una contundente muestra de apoyo popular ruso a la iniciativa crimea, decenas de miles de personas, más de 65.000 según el Ministerio del Interior, se manifestaron hoy en una calle cercana al Kremlin para respladar la reunificación. Los congregados al multitudinario acto, incluyendo miembros de numerosas organizaciones civiles, militares y partidos políticos como Rusia Unida, la formación de Putin, portaban banderas rusas y pancartas con frases como: «Creemos a Putin», «Crimea es rusa», «No entregamos a los nuestros». Ayer, en un intento por presionar a Rusia para que repliegue sus fuerzas de la península, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció sanciones económicas y denegación de visas para ucranianos y rusos oponentes del nuevo gobierno de Kiev. En tándem con Obama, la UE también acordó medidas contra Rusia, incluyendo congelar conversaciones para un acuerdo sobre aliviar las restricciones de visado. La Cancillería rusa dijo hoy que la UE adoptó una «posición extremadamente poco constructiva» y que Moscú «no aceptará el lenguaje de las sanciones y amenazas» y tomará represalias si las penalidades se concretan. En este contexto, el presidente de Gazprom, Alexei Miller, dijo que Ucrania le debe a la compañía 1.890 millones de dólares. «O Ucrania salda la deuda y se pone al corriente en los pagos o existe el riesgo de volver a la situación de principios de 2009″, dijo Miller a los periodistas rusos. En aquel año, durante 20 días de invierno, los países europeos se quedaron sin una parte sustancial de sus suministros de gas bombeados desde Rusia a través de gasoductos de tránsito, que atraviesan territorio ucraniano. En Moscú, Matvienko enfatizó las quejas y denuncias de discriminación de los rusos que residen en el este y sur de Ucrania, que ha sido la principal justificación de Rusia para una posible intervención militar en su vecino. Según su Constitución, Rusia sólo puede anexarse territorio extranjero mediante un acuerdo «con el gobierno extranjero dado».

Como Crimea todavía es legalmente territorio de Ucrania, esto haría necesario firmar un acuerdo entre Moscú y los nuevos líderes del país, con los que el que el Kremlin está enfrentado. Pero un diputado ruso introdujo ayer un proyecto de ley para poder saltearse ese requerimiento y simplificar el proceso de anexión de Crimea, y dijo que podría votarse la semana próxima. Otro diputado ruso, sin embargo, dijo que la ley debería votarse recién después de que se celebre el referendo en Crimea.

Si se aprueba la ley, Crimea será el primer territorio en unirse a Rusia desde la caída de la Unión Soviética, en 1991. Osetia del Sur y Abjazia, que se separaron de Georgia luego de una breve guerra entre esta y Rusia en 2008, fueron reconocidas como independientes por Moscú, aunque no anexadas a Rusia.

Fuente: Telam